Es por coherencia: Barcelona está bañada por el mar y tiene un tejido de profesionales en activo dedicados a la pesca de pescado y mariscos. Ya está en construcción la nueva lonja, que acogerá el fruto del trabajo de unos cerca de 156 pescadores que operan en la costa barcelonesa. Pero lo es también por una moderna tradición: la oferta de marisquería actual bebe de la oleada de inmigración gallega a mediados del s.XX, que llegaron a Barcelona (casi) con su producto de origen bajo el brazo y un recetario sabroso donde el mar Atlántico cobraba protagonismo. La proliferación de marisquerías empezó, y su popularización no se hizo esperar, siendo algunas de ella, incluso, meca de festivales gastronómicos de reyes y altas esferas del faranduleo y la política.
Una marisquería es, en esencia, la pura descripción de aquello que su nombre indica: en estos restaurantes, la especialización acostumbra a ser el marisco y el pescado, normalmente en elaboraciones de brasa, parrilla y horno. Antes de la incorporación de los gallegos a nuestro tejido social y económico, en Barcelona existía ya un templo del pescado y el marisco: la Barceloneta. En sus restaurantes o en los chiringuitos (ya desaparecidos de hace unos 40 años) del Somorrostro, la cabeza de cartel era la zarzuela, una receta de pescado y marisco frito que se originó en los restaurantes de este barrio y se popularizó en toda España.
Chao Pescao
Hablando de propuestas gastronómicas populares, Marisquería Chao Pescao ha conquistado el paladar y el estómago de muchos barceloneses y visitantes. Desde su ubicación original, en Consell de Cent y ahora también desde La Maquinista, a esta joven marisquería se la define por la calidad de la materia prima, por la variedad de sus platos y por la posibilidad de escoger el pescado y marisco fresco de su expositor y pedir una cocción a tu gusto para disfrutarlo en la sala de su restaurante. Práctico, original y divertido.. además de sabroso, por supuesto. Si las ostras son tu debilidad, no sufras, en su Oyster Bar tienen una amplia selección de orígenes. Bogavantes, cigalas, gambas, berberechos, zamburiñas, almejas y demás maravillas se mezclan con pulpo, salmón, atún, rape o lenguado para disfrutar de un festival de suculencia en toda regla.
Rías KRU
Rías KRU refunde dos proyectos que han marcado la historia del disfrutonismo en Barcelona, Rías Baixas y Espai Kru, en un proyecto donde el pescado y sobre todo, el marisco de gran calidad, luce en elaboraciones que viajan del crudo a la cocción celestial. El foco sigue estando en el producto XXL que llega a diario desde Galicia y se observa en un vivero de 3.500 litros situado justo a la entrada, con magníficos ejemplares de langosta, bogavante o centolla. Con emplatados y presentaciones modernas, firmadas por el chef Rafa Erbs (ex de Dos Palillos, Enigma o Pakta) y su equipo, el marisco sigue siendo emblema de la casa, junto a una selección de vinos para todos los gustos y paladares. Una trayectoria sólida que sigue capitaneada por los hermanos Iglesias, siguiendo la estela de su padre, que situó esta marisquería familiar en el epicentro gastronómico de Barcelona des de los años 80.
Batea
Manu Núnez y la bartender Marta Morales son el dúo responsable de Batea, al cual se suma Carles Ramon, habiendo triunfado en el exitoso Besta. Su propuesta gastronómica nada entre dos mares, el océano Atlántico que nutre las costas gallegas y el Mediterráneo, y se centra en los frutos que el mar provee. De ahí que se llame Batea, las plataformas en medio del mar donde se cultiva el marisco. A favor tiene una buenísima ubicación, en Gran Via con Passeig de Gràcia pero sobretodo que moderniza el concepto de marisquería elitista a una opción más al alcance de todos los bolsillos, ofreciendo en su carta mariscos que quizás por ser menos conocidos, parecen menos nobles, pero son un gozo absoluto al paladar.
Carballeira
También de origen gallego, esta marisquería familiar tan emblemática se caracteriza por alternar sabrosos guisos gallegos, pescado fresco de pincho (rape, rodaballo o merluza) preparados a la plancha, Ondárroa, marinera o al horno, marisco y unos deliciosos arroces con todos estos frutos del mar. Cuando llega la temporada de las espardeñas y las vieiras, Carballeira de viste de fiesta con platos y elaboraciones dedicadas: en su cocina, magníficos ejemplares de pescado fresco salvaje y el marisco más exquisito, todos ellos expuestos, son tratados con sencillez y sin pretensiones para mantener la verdadera esencia del producto. ¡Un festival asegurado!
O’Peregrino
Con más de 30 años de historia, este célebre establecimiento de especialidades de pescado y marisco de estilo gallego sigue en pie gracias a Albert Sanahuja. El chef ha mantenido la esencia de O’Peregrino, actualizándola, sin que deje de ser definitoria la presencia del buen marisco y pescado de gran calidad en la mesa: santiaguiños, centollas o nécoras de la Ría con bogavante o langosta, por mencionar algunos ejemplos, lucen en elaboraciones de guisado o plancha a unos precios más que correctos, para deleite de sus incondicionales.