Si Funky Bakers y su panadería en el Born y su deli shop en Eixample ya te conquistó, su nuevo Funky Bakers Eatery (o restaurante) será una novedad que pronto incorporarás a tu día a día. Por dos poderosas razones: sabroso y diferente. Adéntrate en su particular universo disfrutón, empezando por sus suculentos desayunos y acabando con cócteles y un picoteo divertido.
Pilotando esta nave de sabores especiados al más puro estilo middle east se encuentra Seyma Ozkaya y su socio Marcel Baer (socio fundador de la preciosa marca de stationery Octaevo). Seyma ha convertido un acto natural en ella (ser anfitriona y ofrecer comida sabrosa) en una ofrenda cultural a la ciudad que la acogió a ella y a su familia hace 10 años. De su Turquía natal se llevó en su mochila una colección de platos, momentos de consumo y hábitos culinarios que aquí se nos antojan exóticos y excitantes. Turquía, con su condición de cruce de culturas, acoge bajo su ala las tradiciones gastronómicas de muchas comunidades y es precisamente este mix el que convierte a Funky Bakers Eatery en un viaje culinario digno de recorrer. Turquía controló durante siglos la llamada Ruta de las Especias, por ello son una parte inherente de la cocina turca, predominando las especias aromáticas, así como los productos lácteos, la miel o los frutos secos son ingredientes definitorios de la misma.
Puedes imaginar que el Eatery es el comedor de Seyma. Cuando traspases su puerta lo verás claro, con las mesas organizadas alrededor de una barra de servicio central y vistas a su obrador con grandes ventanales. No te pasará desapercibido el carrito repleto de pasteles, pastelitos, bizcochos y otro dulcerío que se devora con la vista. Este comedor, como una casa que abre las puertas a los curiosos y hambrientos, tiene un horario continuado desde primera hora de la mañana, para sus fabulosos desayunos, hasta la noche, con un formato más desenfadado y de picoteo. Porque, efectivamente, el comer poco de mucho es otro de los rasgos de la cultura turca, que gusta de la comida en el centro de la mesa para compartir.
Nosotros hemos optado por sentarnos a esta mesa de las delicias un mediodía, y dejarnos aconsejar para probar platos que, en algunos casos, nunca antes habíamos disfrutado. Nuestro recorrido, si nos acompañas, empieza por una refrescante ensalada de pepino con miso, cacahuetes y sésamo tostado. Siguen las patatas fritas al aire con feta y salsa de sumac. ¿Por qué al aire?, preguntarás. Según nos cuenta Seyma, el frito está desterrado de esta casa. Las ostras con mantequilla caramelizada, perejil y guindilla encurtida que llegan a continuación nos parecen de una sutileza exquisita gracias al inesperado dulzor de la mantequilla con el puntito de la guindilla. Dulce-picante-agriculce, éste es el sota-caballo-rey que discurrirá por nuestra mesa. Y tan bien.
Aquí va un plato inédito para nuestros paladares que nos ha encantado: un trío de picoteo conformado por halloumi frito en sartén con orégano y miel, sucuk y pastrami flambeado con raki. Pasamos a descifrar: el halloumi es un queso de cabra y oveja originario de Chipre, el sucuk se asemeja a un frankfurt en forma pero su relleno es de carne seca condimentada y el raki es un licor anisado muy popular en Turquía. Si tu curiosidad se ha despertado, el siguiente plato te parecerá todo un hallazgo: pan challah largo con tres mezzes (de tomates cherry carbonizados con picante, labneh frío con atún picante y baba ganoush con pistacho). El pan challah es un pan muy típico de la tradición judía que se consume en el Shabat, los sábados, el día de descanso de esta comunidad, y es esponjoso y levemente dulzón. Esta característica, sin duda, convierte el dipping en estos mezzes en todo un acierto. Sin demora llega el que nos ha parecido el plato estrella de la experiencia, el cordero marinado con zahter y salsa de granada, servido con arroz ‘Palace’ especiado, pistachos, grosella negra y especias. Un guiso mayúsculo refinado que ofrece sabores y olores reconfortantes.
El plato turco por antonomasia es el borek de calabacín, guisantes y ricotta con menta y limón encurtido. Una suculencia que se elabora con una masa especial lamada yufka, muy fina pero elástica, que superpuesta en capas y enrollada como una ensaimada esconde en su interior cálidos aromas y sabores. Otra receta desconocida que nos ha conquistado.
Vayas a la hora que vayas seguro que observarás con detenimiento y estupor hipnótico todo lo que acontece en su obrador a la vista. Siempre hay bullicio, pues de este espacio salen los postres del Eatery, los que Funky Bakers provee a restaurantes de la ciudad y las delicias de panadería y dulces que también encontrarás en su deli, en el local contiguo.
Funky Bakers Eatery te espera en Bailén 61 para darte flow middle east todos los días, desde las 8 y media de la mañana hasta las 23:30 los lunes, martes, miércoles y domingos o hasta las 00:30 si es jueves, viernes o sábado.
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