¡Te presentamos una guía turística imposible! Si pudieras viajar al pasado de Barcelona, éstas son cinco coctelerías que deberías visitar…
Excelsior
¿Dónde? La Rambla, 54
¿Quién es el barman? Jack Urban. Su verdadero nombre era Irvin o Irven del Monico (aunque lo de Monico no está claro si era uno de los locales en los que había trabajado), y era un hombre más bien regordete, y muy, muy diplomático. Al parecer, los dueños del Excelsior lo habían ido a fichar a París. Cuenta Josep Maria de Sagarra que Jack Urban fue el primer “barman científico” de Barcelona.
¿Qué pedir? Pídele un Manhattan, un Angler’s cocktail o un whisky escocés, entonces una bebida no muy popular aún en la ciudad.
¿Qué me voy a encontrar? En 1917, en plena 1ª guerra mundial, el Excelsior es el centro de un universo muy particular en el que una burguesía enriquecida por la contienda disfruta cada noche con el jazz “gitano” al estilo de Django Reinhardt y los bailes de la estrella del local, el Príncipe de Cuba. Entre los parroquianos encontramos desde nuevos ricos hasta púgiles en decadencia, hasta príncipes rusos exiliados, prostitutas y espías de toda Europa, traficantes de cocaína, y gente que quiere ver y ser vista.
¿Y si voy hoy? Hay un establecimiento Pita House. El Excelsior estuvo abierto hasta la Guerra Civil.
En 1917, en plena 1ª guerra mundial, el Excelsior es el centro de un universo muy particular
Au Pingouin
¿Cuándo ir? En 1931
¿Dónde? Escudellers, 10
¿Quién es el barman? Antoni Pastor, “Tommy”. Cuenta Paco Villar en su libro “Barcelona, ciutat de cafés”, que Tommy había salido de la ciudad después de la primera guerra mundial y para ir a trabajar a Cuba, donde encontró un empleo en la fábrica de ron Carta Blanca. Más tarde fue a Nueva York, donde lo encontramos ejerciendo detrás de la barra del Hotel Vanderbilt, y luego en Los Ángeles, donde se convierte en el barman de las primeras estrellas del incipiente Hollywood. Con la Ley Seca vuelve a moverse: primero a Méjico y luego a Europa, en París y Deauville. Con la muerte de su mujer volverá a Barcelona, pero no será su última etapa: más tarde irá a Madrid a sustituir al mítico Perico Chicote en el bar Pidoux.
¿Qué pedir? Alguno de los cócteles de Tommy, como el Belle Aurore (ginebra, cacao, coñac y Marie Brizard), que le había valido un premio en 1929.
¿Qué me voy a encontrar? Au pingouin, donde también se podía cenar, era un local que gustaba mucho a las gentes de las artes y las letras, posiblemente porque cerraba muy tarde o porque a la salida del teatro era un punto de reunión.
¿Y si voy hoy? Encontrarás el restaurante La Fonda.
Local que gustaba mucho a las gentes de las artes y las letras, posiblemente porque cerraba muy tarde o porque a la salida del teatro era un punto de reunión.
Boadas
¿Dónde? Tallers, 1
¿Quién es el barman? Miquel Boadas. Aunque el local ha abierto hace apenas dos años, él es ya un experto con cierta reputación. Se ha formado en Cuba, en La Floridita, de dónde ha traído la técnica del escanciado o lanzado, consistente en pasar la mezcla de un vaso a otro para enfriarla. Aún no lo sabe, pero por su bar pasarán literatos, pintores, artistas y músicos. Ah, y felicítalo: acaba de ser padre de una niña, Maria Dolores, que tomará las riendas del mítico bar cuando él muera, en 1967, y que se mantendrá a su frente durante cuatro décadas.
¿Qué pedir? Pídele, cómo no, un cóctel cubano. O alguna de sus creaciones.
¿Qué me voy a encontrar? Parece mentira, ¡pero el Boadas original todavía era más pequeño que el actual! No está tampoco todavía el conocido dibujo de Opisso.
¿Y si voy ahora? Allí sigue.
Miquel Boadas acaba de ser padre de una niña, Maria Dolores, que tomará las riendas del mítico bar cuando él muera, en 1967, y que se mantendrá a su frente durante cuatro décadas
La parrilla del Ritz
¿Dónde? Gran via de Les Corts Catalanes, 668
¿Quién es el barman? No lo sabemos. ¡Lectores, ayudadnos!
¿Qué me voy a encontrar? La Parrilla del Ritz (originalmente llamada Grill Room, y, durante la guerra civil, Spanish room) fue durante la segunda guerra mundial un auténtico nido de intrigas. El director de su orquesta, Bernard Hilda, era en realidad un espía de los aliados que utilizaba el bar del hotel, uno de los lugares más chic de la Barcelona de postguerra, para conseguir y mover información sobre los movimientos de los ejércitos del eje. Esta información llegaba luego a la resistencia francesa. La Parrilla del Ritz era un lugar para ricos en aquella Barcelona pobre. Aparece mencionado en “Si te dicen que caí”, de Juan Marsé, y no por casualidad: por allí corrían estraperlistas, aristócratas, prostitutas de lujo –como la asesinada Carmen Broto, que protagoniza el libro- y otras gentes buen/mal vivir.
¿Qué pedir? Aunque en la ciudad escasee de todo, aquí no faltan los licores, los destilados y el champán.
¿Y si voy ahora? La Parrilla del Ritz ya no existe, pero en el mismo hotel –que ahora se llama Palace- está el Bluesman cocktail bar.
Fue durante la segunda guerra mundial un auténtico nido de intrigas. El director de su orquesta, Bernard Hilda, era en realidad un espía de los aliados que utilizaba el bar del hotel
Ideal Cocktail Bar
¿Dónde? Aribau, 79
¿Quién es el barman? Un Gotarda, eso seguro. Tres generaciones de esta familia han regentado el local. En la época que te proponemos, seguramente encuentres a su fundador, Antonio Gotarda, o a su hijo José María.
¿Qué pedir? Algo clásico, como un Manhattan, que aquí os aconsejaran que toméis de bourbon.
¿Qué me voy a encontrar? Un agradable salón inglés con una de las mayores colecciones de destilados del país, que en ese momento frecuentan los artistas de cine de paso en la ciudad. En los años cincuenta, el Ideal ya llevaba dos décadas abierto e iba de camino de convertirse en la institución que es hoy en día, un lugar para los buenos aficionados a la coctelería.
¿Y si voy ahora? Aunque ligeramente reformado, el Ideal sigue estando en el mismo lugar, y mantiene un estándar clásico e intemporal.
En los años cincuenta, el Ideal ya llevaba dos décadas abierto e iba de camino de convertirse en la institución que es hoy en día
Estas son las cinco coctelerías que marcaron tendencia en nuestra ciudad. Una mirada al pasado que refresca el presente y clarifica el futuro.
*Fuente de la foto de portada: web de la coctelería Boadas.