Yo vermuteo, Tu vermuteas, Él/Ella vermutea…¡Todos vermuteamos!
Cuántas veces habremos conjugado este verbo últimamente…
El vermouth es tendencia hace ya algún tiempo y a día de hoy es clarísimamente un must en la agenda personal y profesional de muchas personas o marcas que presentan o promocionan productos. Por algo será…
Esta bebida especiada ha pasado de vivir en el anonimato e imaginario de unos pocos fieles, a ser carne (o brebaje) de modernos y nuevos followers. Servidor incluido.
¿El motivo? Seguramente sean muchos los factores que han intervenido en esta inesperada floración o revival vermutero, pero sin duda hay dos que no pueden obviarse por el peso que tuvieron: la crisis y el mero factor “moda”.
Lo que sí resulta un hecho es que esta bebida y su liturgia no son algo nuevo en nuestros bares.
La situación económica influyó por el simple hecho que este vino macerado se ofrece todavía a un precio muy razonable y al alcance de muchos (su precio oscila entre 1’50€ y 2’50€ en función del local). Por lo tanto ha sido el semillero perfecto para que podamos seguir visitando el pretendido bar sin gastar una fortuna, boquerones aparte… Si algo nos caracteriza a los españoles es nuestra vida paralela en los bares y la depresión que nos entra si no vamos de cañas o vermuts con cierta regularidad.
En cambio, el factor moda o también conocido por el efecto “rebaño de ovejas” es asimismo catalizador de este movimiento. ¿A quién le gustó la primera cerveza o primer cigarro y cuántos ahora son birreros fumadores empedernidos? Pues eso, la presión social afecta y puede colmar muchos vasos, sean de vermut o gintonic.
Parte de culpa también la debemos al empuje dado por gente como Morro Fi, Casa Mariol, el Bandarra o muchas bodegas de barrio. Actores vitales en este nuevo escenario donde irse de vermut es casi un dogma aperitivensis, con oliva o sin.
Pensar ahora sin un fin de semana teñido de marrón-vermut y patatas con salsa “espinaler” suena casi impensable o incluso deprimente. Aunque cualquier excusa nos vale para intentar salir con amigos y agilizar nuestra muñeca, el vermut se ha posicionado como estandarte imprescindible. Y nos alegramos vivamente por ello.
Nada puede con nuestro momento aperitivo: ni resacas, ni brunch ni que digáis “fem un vermut” y acabéis bebiendo cañas…Lo importante es participar.
Por cierto, las autoridades sanitarias recomiendan que si queréis saber algo más de esta pócima dominguera asistáis a las rutas del vermut organizadas por In and Out Barcelona.
¡Salud y vermut!
Foto © In and Out Barcelona (Andreu Font)