El edificio que ahora alberga el restaurante Casa Ràfols fue, durante casi 100 años, una de las ferreterías más emblemáticas de la historia de la ciudad, con el mismo nombre. Y no recurrimos a una metáfora efectista, cuando aseguramos que este edificio suspiraba por respirar aromas culinarios y escuchar las risas de los comensales.
Esta historia empieza en 1911, año en el que la ferretería Ràfols se funda, funcionando ininterrumpidamente hasta el año 2013. Lo que pocos saben es que durante varios años, a partir probablemente durante la década de los 30, se ofrecía comidas en una sala secreta en los bajos de la ferretería, los cuales comunicaban a través del propio sótano con un restaurante cercano.
¿QUÉ DEFINE A CASA RAFOLS?
Un secreto a voces que dejó huellas indelebles en las paredes de esos subterráneos. Los murmullos, sonrisas y el ajetreo vuelven a ser una realidad con la apertura en junio de Casa Ràfols, una propuesta gastronómica fresca, de cocina mediterránea de mercado y de temporada, con proveedores seleccionados con criterios de proximidad, km.0 y producción artesanal. ¿Los ideólogos? Otra familia, la que integra el Grupo Balcastro, responsables de proyectos gastronómicos sorprendentes como Casa Lolea.
Su carta apuesta por platillos que beben del recetario tradicional, pero que viajan por el mundo incorporando ingredientes y técnicas que dan nueva vida a los sabores de siempre, sin enmascarar. Así, la carne que se sirve es Dry Aged de vaca vieja gallega con una maduración mínima de 5 semanas, y se sirve a partir de 100 grs., personalizando las raciones en gramaje según el apetito del comensal. O el pescado, siempre de lonja, y pescado según técnicas artesanales como el anzuelo-pincho. No sólo por filosofía, sino también por sabor: el estrés en la merluza, por ejemplo, afecta al sabor, textura y poca rigidez de su carne. Aquí la huella de su chef, Txemi Andrés, es potente. No en vano, Andrés lleva en su ADN el amor de la gastronomía vasca por el producto, y lleva más de 20 años ahondando como profesional en la cocina de producto de mercado, como ya en antaño le enseñó su abuela.
¿QUÉ COMER EN CASA RAFOLS?
Cuenta con proveedores de confianza: la bacallaneria Ràfols, las Anchoas Pepe, Rougié o la panadería Solà de Argentona, que tiene un corner dentro del establecimiento en el que se pueden comprar sus deliciosos panes de cuatro fermentaciones (¡propias!) de excelente masa madre casera, elaborados de forma artesanal. Además Casa Rafols tiene una gama propia de conservas, aceites y vinos de gran calidad y personalidad, creados también en base a la confianza del equipo de cocina y los productores locales.
En una carta la carta concebida para compartir, gracias a su emplatado en pequeñas porciones, no es extraño que sus hits sean clásicos sabrosos como la sardina marinada en casa, la ensaladilla rusa Ràfols con huevas de salmón o un espectacular espárrago D.O. Cojonudos con verduras a la brasa. No puede faltar una realmente buena croqueta de jamón ibérico o el pulpo a la parrilla con puré. Su arroz caldoso con bogavante es muy personal gracias al toque de brandy, muy sabroso. Aunque no menos halagos merecen tres platos con base de carne que están francamente ricos: los Tacos de solomillo con panceta ibérica, hongos y foie, las Carrilleras braseadas con polenta y Lomo de vaca vieja (maduración de 5 semanas) con piperrada.
¿QUÉ BEBER EN CASA RAFOLS?
Para acompañar su propuesta gastronómica Casa Rafols cuenta con una “Tap Station” de San Miguel creada por los mejores maestros cerveceros de la marca. Esta está inspirada en diez ciudades alrededor del globo ofreciéndote un viaje a través del paladar por las distintas localizaciones. La Hong Kong, por ejemplo, (dorada y equilibrada) nos transporta a la cosmopolita y multicultural ciudad que hace de puente entre el mundo occidental y el oriental.
Cocina reconfortante, e ininterrumpida, desde las 9 de la mañana hasta medianoche, de lunes a domingo, la cocina de Casa Ràfols será un ajetreo de desayunos copiosos y suculentos (bollería casera, huevos revueltos, smoothies), almuerzos desenfadados, meriendas y picoteo para los que no quieren seguir los horarios.
Casa Ràfols, fiel a su espíritu clandestino, conserva varios secretos en su interior, como sus curiosas bóvedas invertidas de su sótano que datan de 1871. Y éste, es sólo uno de ellos que más adelante os iremos desvelando. Ojo al spoiler: resuena una trompeta a lo Dizzy Gillespie…
Dirección: Ronda de Sant Pere, 74, 08010 Barcelona
Web: https://balcastro.com/casa-rafols/
Carta: 24€ aprox
Cocina: Mediterranea, Tapas, Española
Ventajas: con encanto, romántico, de moda, original.
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