Noru, espectacular ramen bar

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Barcelona ama el ramen y aunque hay buenos exponentes en la ciudad, el de Noru Ramen Bar se postula como de los mejores de la ciudad.

Noru, en japonés, es el tiempo verbal en presente del verbo ir, cuando se aplica a coger un medio de transporte para trasladarse. Buena introducción a lo que en Noru Ramen Bar, nuevísimo en Poblenou, sucede: trasladarse a sabores de autenticidad. Aunque no esperes recetas tradicionales ortodoxas porque Daniel Benitorafe (aka Benito) tiene claro que en Noru, el viaje implica comodidad: creemos en la máxima de la comida de allí para el paladar de aquí. No, no es una perversión, es un pequeño ajuste que nos ayuda a entender los potentes sabores de los ramen con el bagaje del paladar, forjado con nuestras experiencias. No obstante, si eres alguien que ha disfrutado de muchos ramen (quizás algunos de ellos en el propio Japón), descubrirás notas familiares y, en cualquier caso, disfrutarás mucho.

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Qué comer en Noru ramen bar

Una carta corta que, actualmente, ofrece cuatro ramen: el de curry laksa, el de kimchee, el tan tan men y el miso. Para acompañar, hay sugerencias: col china aliñada con vinagreta agri-picante y cacahuetes, edamame con sal ahumada y salsa sésamo, padrón frito con salsa tonkotsu y katsuobushi y setas guisadas en salsas de soja, mantequilla y limón. Es corta por dos razones: la primera es que Noru es el split off en forma de ramen bar del vecino Koh, acogiendo en este pequeño local con cocina vista y barra circular apegada a la barra los ramen que se servían en Koh pero, por operativa, no les interesaba mantener. Sus adeptos, que no son pocos, reclamaban su regreso y Noru tomó forma en un bar de barrio cuyo propietario se jubiló. La segunda que siendo el fideo como hilo conductor, la carta incorporará nuevos caldos y ramens según la estacionalidad y lo que Benito y equipo encuentre interesante de materia prima. Una gestión con flow que confía en los fideos de Eroicca desde hace años para que la calidad sea vehicular, en cualquier caso.

Como somos de barra, nos sentamos y mientras esperamos, vemos departir a Benito y su equipo desde la cocina contigua, acompañándonos un concierto de sonidos ASMR que presagian buena teca. Impresiona conocer las cocinas donde Benito ha evolucionado: Gresca, Gaig, Coure, Mont Bar (y no en este orden, necesariamente). Explica la milimétrica técnica, los sabores poderosos y la precisión pero también muestra que el cocinero con muchas batallas siempre busca hacer disfrutar y ofrecer lo mejor a la mesa. Y Benito, de ramen, no solo sabe, nos cuenta algo que, aunque conocíamos, no entendíamos porqué es tan importante: nunca mezcles ni remuevas el ramen, cuando te llegue, porque pierdes la oportunidad de disfrutar de los ingredientes por separado. Y la disposición de los mismos en el plato, está pensada para un disfrute total, aunque sea en fases.

Hablando de ramen, probamos tres, empezando por el kimchee ramen con panceta confitada, huevo, alga nori, cebolla fresca y ajo frito, nadando felizmente en un sabroso caldo de cerdo con kimchee casero. Suculento, tremendamente elegante, sin excesivo colágeno. Queremos más.

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Nos llega en tan tan men: a los fideos se le suma un dumpling vegetal y al caldo, pak choi y leche de coco aderezada con salsa hoisin, sésamo, cacahuete y chili. Un plato vegano que muestra la potencia especiada y picantona, como debe ser. No en vano, el tan tan men és la versión japonesa del dan dan tradicional de la picante cocina de Sichuan, en China. La receta original lleva leche de soja y pasta de sésamo. La que probamos, francamente, era una maravilla, de esas que adormecen los labios e inundan el paladar de matices.

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El tercer ramen llega por pura gula y no nos arrepentimos porque nos deja alucinados: el curry laksa ramen, con característicos fideos negros (con tinta de calamar), langostino, pak choy, cebolla roja, huevo de codorniz y sopa de leche de coco con curry rojo, mezclada en un aromático caldo de verduras. Los fideos en sí, se escurren, parecen deslizarse en el caldo cuando los coges, como si quisieran regresar a él. Caldo denso cuyos elementos frescos no solo le dan mordida sino que refrescan. 

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Sí, buena parte del éxito de un ramen está en su caldo, y Benito nos cuenta que se elaboran con mucho ingrediente y cocciones de unas 7 horas: hacer cocciones más largas, nos comenta Benito, no aportan más al caldo. Sí aporta la base tom kha, por supuesto.

Noru abre los martes para comer, de 13:30 a 15:30h. De miércoles a sábado, al horario de comida se le suma el de cena, de 20 a 22:30h. Debes saber que solo aceptan pago con tarjeta de crédito y no hacen reservas. El ticket medio, más que correcto: 15€ por cabeza. Con este dispendio razonable saldrás de Noru proclamando a los cuatro vientos que has probado uno de los mejores ramen de la ciudad.

Noru ramen bar

AsiáticaJaponesaPoble Nou
Noru C/ de Pere IV, 152, 08005 Barcelona
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