¿QUÉ DEFINE A IMPREVISTO?
Isabella Vivarelli, Alberto Jaime León, ambos en sala, y Luca Pinna y Raffaele Davico en cocina, son los artífices de Imprevisto, abierto en julio. Formados en múltiples experiencias profesionales en gastronómicos de Italia, Francia, Londres y Barcelona, este cuarteto se conoció en Caelis y forjaron juntos el sueño de crear su propio proyecto. En su caso, y como reza el dicho, la cabra tira al monte: el proyecto que tardó un año y medio en gestarse empezó siendo un restaurante informal con tapas y platillos y al poco fue virando a un perfil más elevado. Al cocinar y preparar los platos nos dimos cuenta que, inconscientemente, las ideas que de allí salían tenían más que ver con nuestro bagaje profesional gastronómico que en la propuesta informal que queríamos crear, explica Vivarelli. Unos amigos que tenían platos, cubiertos y elementos de servicio de formato de alta cocina que no iban a usar, ver que la reforma les dirigía a una sala confortable y confiar en su instinto hizo el resto.
Imprevisto da juego a su nombre en los dos formatos de menús degustación que ofrecen: Previsto (36€) consta de 7 platos, y en sus redes sociales o en su web puedes descubrir qué incluye pero Imprevisto (50€), que consta de 10 pasos, es una sorpresa total. Incluso para la sala, se ríe Vivarelli. Aunque en estos primeros pasos el equipo no ha podido desarrollar completamente esta experiencia sorpresa, están trabajando para que ese imprevisto sea total, pues ahora incluye platos del menú del día y de Previsto. Sí, hay menú del día con entrante, principal, postre y copa de vino por 21€, con la opción de ampliar ese menú a 4 platos por 28€.
El precio no es el único atractivo pero sí un efectivo gancho para todos los gourmets de bolsillo ancho o estrecho para dar una oportunidad a Imprevisto y que la sorpresa sea al probar sus creaciones. El coste del menú Imprevisto (que es el que probamos) está muy por debajo de la calidad ofrecida, y eso aún da más valor a profesionales que se estrechan los cinturones, realizan el trabajo en sala y cocina sin ayuda exterior, y luchan por salir adelante. Y más en tiempos convulsos, donde la materia prima ha duplicado el coste, por no hablar de la subida de la electricidad y el gas que también sufrimos en el ámbito doméstico.
¿QUÉ COMER EN IMPREVISTO?
Sin saber con antelación qué llegará a la mesa, empieza la experiencia con un aperitivo, la pasta frita crujiente con carrillera de ternera y salsa de tomate quemado, un bocado potente y sabroso. Sigue el pan Turris, con sus escamas de sal y un generoso chorro de aceite de corbella de Mas Oliveras. El ajoblanco con tartar de tomate, mejillones y almendras tostadas que llega a continuación es un bálsamo absoluto: finura, elegancia, textura. De momento no hay riesgo pero sí dominio.
Vamos poco a poco subiendo la intensidad con dos buenos platos donde la proteína vegetal es protagonista: la col china a la brasa, servida con beurre blanc de pomelo, trigo sarraceno suflado y huevas de trucha y las remolachas (clásica, amarilla y chioggia) con vinagreta de cacahuetes, polvo de alcaparras y pan crujiente al ajo, con brotes de mizuna.
El tartar de ternera, anguila ahumada, nabo encurtido y mayonesa de raifort es un plato ingenioso en el que la anguila balancea el conjunto a la receta clásica, recordando el sabor de la salsa Worcestershire. Sorprendente el risotto de limón, apio y bottarga: cítrico y cremoso. ¿Quizás aquí esté el imprevisto? ¿Puede ser que la línea de este equipo vaya por esta dirección? Cocina clásica francesa e italiana que va mostrando sus cartas.
El penúltimo plato es la raya al vapor con mantequilla noisette, acelgas con su tallo, espina de la raya rebozada y espuma de piparras. Seguimos sin estridencias, disfrutando de una cocción de manual. La misma que se aplica a la presa de vaca madurada con ensalada de 7 tipo de hojas, vinagreta de remolacha y el jugo de la presa: mantequilla en la boca.
El ácido regresa con el pre postre, un granizado de apio y pepino con espuma de bergamota, para preparar el paladar a un postre híbrido tan de moda y que, no por ello, es menos efectista y delicioso: el torrijamisú, un mix de torrija y de tiramisú.
León y Vivarelli nos explican que en nada cambian la carta, buscando seguir la estacionalidad y el producto cuando mejor está y se disfruta. Y que incorporarán 10 referencias más a las 60 que conforman su carta de vinos, enfocada a ofrecer un maridaje de afinidad o, más bien, una selección de vinos que acompañan los platos, sin buscar un formato de maridaje clásico. El común denominador es ofrecer una carta desenfadada que combine referencias más conocidas con vinos catalanes más interesantes y de pequeños proyectos viticultores.
El ticket medio es de 50€ incluyendo vinos, y su horario es de martes a sábado, de 13:30 a 16h para el servicio de comidas y de 20 a 22:30h para el de cenas. No perder pista de Imprevisto y que es imprevisto no sea que se te haya pasado la oportunidad de probar su cocina a los precios actuales, antes que su pequeña sala se llene hasta los topes. Avisado/a quedas.