Adriana Chía fue a los 23 años la primera mujer en alzarse con el premio a la mejor Bartender de España en 2016, despertando pasiones ante su locuacidad, creatividad y elegancia. Hoy, con 25, saca pecho en la presentación de La Antigua Compañía de las Indias, su proyecto personal, acompañada por su socia Ana Zaragoza y su hermano Alex.
Un local donde, en el epicentro de la Diagonal, se respira Cuba, oscuridad húmeda tropical, tiempos de comercio y contrabando, cuero viejo y notas alegres, desenfadadas, que pueden provenir de un piano. Repartido en tres espacios, primero te recibe la barra más larga de la ciudad, con capacidad para veintidós personas sentadas, al cual le siguen un espacio con mesas bajas e íntimas y el que Chía denomina “el Despacho Cubano”, presidido por botellas de su bodega, un piano que los clientes pueden tocar y espacio a su vez para música en directo los miércoles. Y eso no es todo: en la segunda planta, en dos o tres meses, abrirán una cubanísima sala privada para fumar puros (los Cohiba que ella disfrutaba antes de quedarse embarazada).
En el epicentro de la Diagonal, se respira Cuba, oscuridad húmeda tropical, tiempos de comercio y contrabando, cuero viejo y notas alegres, desenfadadas, que pueden provenir de un piano
En La Antigua Compañía de las Indias percibes la calidez del trópico aunada a la esencia de Barcelona, tanto en la parte líquida como en la sólida, delegada en su hermano Alex Chía, que firma una corta carta de platillos fríos divertidos y presentados como finger food para que puedas comer con las manos, intercalando entre tragos. Blinis de salmón, bizcocho de pan con tomate con jamón ibérico, aceitunas esferificadas o sandwiches conforman hoy en día una primera propuesta, que Adriana y Alex están trabajando y testeando entre su clientela para elaborar la carta definitiva.
Su carta de cócteles, también en fase beta, está hoy por hoy conformada por combinados que ejecutan à la minute según tus preferencias y cócteles de creación propia, de entre los cuales destacan el instagramable (y delicioso) Corneta China, el Bruja Blanca, el Zarabanda o el Torre Rosa. Cócteles que, según Chía, “son fáciles, pensados para todo tipo de público, huyendo de altas graduaciones para hacerlo posible”. Incluso mocktails, para que el alcohol no sea siempre la única opción.
La Antigua Compañía de las Indias seguramente es el reflejo de la personalidad de Chía: un local cálido, acogedor, clásico, sin las barreras entre barra y taburete que destilan algunos locales de vieja escuela. Como su propietaria, que huye de acrobacias para escoger el camino fino y elegante de elaborar la copa sin detenerse en florituras, haciendo hincapié en el servicio y la sonrisa. La misma que esboza cuando al preguntársele por un referente, responde que es Alfredo Pernía del Solange, a quien ya admiraba antes de convertirse en su pareja.
Gastronomía líquida y diseño, asegura Chía, es su firma. Es amante de la comida, de probar cosas nuevas, quizás como entrenamiento para construirse un paladar juguetón (¡azafrán, piña y pisco!) con alas para diseñar cocktails en su cabeza en base a su memoria palatal. Si en la cocina se ayudan de técnica, mezclas y elaboraciones, en una barra también podemos hacer uso de ellas para diseñar cócteles estéticos y artísticos. Así como una mise en place empezó a elevarse a la categoría de objet d’art en la vanguardia culinaria, Chía entiende que la mixología es un basto campo de experimentación donde conseguir un resultado similar.
El cómo crea sus combinados ya demuestra que Chía (también diseñadora gráfica) tiene un background además de artístico, analítico: diseña una receta y en base a sus ingredientes busca una historia a la cual vincularla. Cuando acontece el perfect match, Chía pule el cóctel fusionando la receta originaria con elementos estéticos que lo vinculen a la historia. Por ejemplo, en la Bruja Blanca, el chocolate blanco del garnish asemeja una vela derritiéndose, en referencia a la vela que el espíritu de esa bruja portaba para asustar a los hombres en la Cuba colonial.
La creatividad de cada bartender, en definitiva, es su auténtica seña de identidad porque, al fin y al cabo, todos pueden trabajar con recetas que se replican pero la creatividad que se imprime al hacerlas y venderlas, es una huella dactilar. O un ángel, y desde sus inicios en el finado 41º de los Adrià, muchos vislumbraron el carisma de Chía.
No vamos a perder la pista de este local, la inquieta bartender y su equipo prometen sorpresas como los talleres “How Good You Think You Are?” que consisten en una explicación interactiva sobre un espirituoso, seguida de una cata a ciega de los productos de Pernod Ricard en plan competición y que finaliza con un premio para aquel que acierte más referencias.
Cócteles de autor, picoteo y sabrosura todos los lunes, miércoles y jueves de 18 a 02:30h; Los viernes y sábado de 18 a 03:00h y los domingo de 18 a 02:00h. En Diagonal 432. Imprescindible.