Juego de palabras previsible, ¡pero acertado! La propuesta de Spark – Taller de Brasa, en pleno Eixample, se basa en la brasa y en platos tradicionales catalanes que se fundamentan en éste como método de cocción. Toda una oportunidad para encontrar el concepto, el caliu y el producto de los restaurantes–masía en el centro de la ciudad.
Abierto en abril del 2017, Spark es una excelente opción para comer carne de excelente calidad a un punto de cocción excepcional, disfrutando del inimitable sabor que imprime la cocción en brasa. Sencillo y efectivo, y ahí radica el gustazo de Spark porque para muchos de nosotros, la cocina de brasa es nuestro comfort food, los platos que hemos probado en familia o amigos después de una excursión, o como celebración. Ahora, ¡disponible en el centro de Barcelona!
Las carnes de pollo, ternera o cerdo son el foco principal, con producto que llega de La Boqueria o del País Vasco (en el caso de los chuletones), pero especial atención merece su esqueixada de bacallà o su tartar de tonyina (que no por estar en las cartas de media Barcelona deja de ser un manjar si está bien trabajada).
Al lío: empezamos con una recomendación de Clara, la responsable de sala, que nos sorprendió, la ensalada Spark. Fresca, interesante propuesta con zoodles (noodles vegetales) de calabacín, con un timbal de aguacate y tomate muy bien aliñado. Seguimos con un salteado de setas, que varían según disponibilidad en el mercado: disfrutamos de un revoltijo de portobello, shitake, rebozuelos, níscaros, ceps, seta de cardo y trompeta amarilla a la brasa, con una picada de ajo y perejil suave, jugosos y con un intenso sabor a humo. El tercer entrante, un tartar de butifarra clásico, cremoso gracias al aliño de mostaza, pimienta, sal, alcaparra, salsa Worcestershire, tabasco y un ingrediente secreto (que no conseguimos que Clara nos soltara, ¡por más que insistimos!). Siguieron dos platazos de carne, el codillo rustido (muy bien especiado y con las siempre agradables patatas fritas caseras de acompañamiento) y un asado de tira de corte argentino muy bien trabajado, con la grasa crujiente, acompañada de una escalibada con sabor a brasa. De postre, nos decantamos por un pecado gourmande clásico, una pastel casero de chocolate húmedo, y por un surtido de quesos (ni más ni menos que 9 referencias de diferentes curaciones, de vaca, oveja y cabra, casi todos franceses).
La carta de vinos, más que correcta: doce tintos, dos rosados, cinco blancos, 4 cava y un champagne, que acompañan a una propuesta informal de brasa tradicional catalana a la perfección. Una apuesta que sus tres propietarios (socios y amigos) visualizaron y crearon a imagen y semejanza de aquello que más les gustaba de la restauración de masia. Y a fe que lo consiguen.
Spark está abierto para comer de lunes a domingo, de 13 a 17h, y para el servicio de cenas de miércoles a sábado, de 20 a 00:30h. Acaban de implementar un interesante menú de mediodía a 14,80€ que incluye como bebida una copa de vino, cerveza o agua, y permite escoger finalizar entre el postre o el café.