La Barceloneta siempre ha sido reconocida por sus restaurantes con apuestas desenfadadas, sus arroces, su cocina marinera y sus chiringuitos a pie de playa. La cara amable de este barrio enseña sol, trajín, brisa de mar y terrazas en las que dejar pasar bien la tarde. Bar Maracaibo, acabado de aterrizar, tiene todo esto y suma una propuesta de platillos de finger food que convence.
Justo donde empieza la Barcelona y acaba el Born encontraremos Bar Maracaibo, que quizás algunos conozcáis más en su anterior vestido, el de Terraza Aperol. Personalmente, esa terraza no era de mis favoritas pero la cosa ha cambiado: detrás de Bar Maracaibo están Oriol Fàbregas (artífice del Bar But, en Gràcia) y Grupo Manolete, que hace cinco años despuntaron en la zona con el Bar Manolete (tapeo y cañeo fino bien resuelto). Y lo que tienen entre manos es potente: gastronomía informal y de calidad con base en el finger food, un hilo conductor que comunica la comida callejera y popular de muchas culturas y países. Bar Maracaibo llega para seleccionar y ofrecer esta comida reconfortante, informal y sabrosa.
Que su nombre, Maracaibo, no lleve a confusión: su selección de comida va más allá de Venezuela o de América Latina. Recopila aquellos platos más sabrosos del mundo que se comen con las manos, buscando democratizar esas delicias entre un amplio abanico de gustos y de público. Y es interesante porque muchos de los entrepanes o platillos de su carta son grandes éxitos que todos conocemos pero lo que realmente hace fantástico a este lugar es que se cocinan y se presentan de forma excelente, buscando la mejor materia prima.
¿Ejemplos? Como entrantes destacamos dos platillos patrios que nunca pueden faltar: unas buenas bravas y unos calamares a la andaluza de fritura impecable, ligeros y que se comen como pipas. Seguir con sabores de influencias asiáticas como el bao de costillas de cerdo es un acierto, aunque nos cuesta decidirnos porque las gyozas tienen pintaza. Aplaudimos el fish & chips que llega a continuación, cuya mayonesa es buenísima, con matices cítricos que encajan como anillo al dedo. Lo que viene después, señores, es la quinta esencia de la comida informal, rápida y callejera compartida por medio mundo: el bocadillo. De las seis propuestas que tienen nos decantamos por atacar dos de ellas: empezamos con el Bogatell, un sencillo y suculento entrepan de roast beef, tomate, cebolla encurtida y una salsa de mostaza con miel. No sólo es resultón sino que se disfruta mucho también por el pan, una coca de Folgueroles. Probamos después el Mar Bella (pollo crujiente, panceta ibérica, tomate, rúcula y salsa César) porque nos divierte la idea de comer un clásico de la comida americana (la ensalada César) convertido en bocata y finalizamos con un helado Delacrem de frutos rojos. Sí, tienen un carrito de helados de una de las mejores heladerías artesanales de la ciudad, con 6 sabores donde escoger, que rotan periódicamente.
Con la misma importancia que a los ingredientes, el pan es protagonista. Excepto el de coca, que es de Folgueroles, todo el pan está elaborado en el obrador de la conocida panadería artesanal Balboa de La Barceloneta, siguiendo las indicaciones del equipo de cocina de Maracaibo. Que el papel del pan se destaque nos parece que es de cajón y en Maracaibo no sólo cumplen con este precepto a rajatabla sino que lo comunican con orgullo y así es como hacemos un país: consumiendo y difundiendo proyectos locales. Ahora bien, quien prefiera el pan para mojarlo, o como acompañamiento, Maracaibo tiene unos fuera de carta con producto de temporada que contemplan tres opciones al plato de carne y otras tres de carne, como el tartar roll, el tataki de pez mantequilla o una jugosa presa ibérica.
A esta gastronomía casual no podía faltar su principal aliada, la cerveza, otro de los puntales de la propuesta de Maracaibo: desde cervezas lager más comerciales con grifo (6 opciones) a naturales sin filtrar (como la Aguila) o artesanales como las IPA Montseny ofrecidas en formato botella. Esta selección está en constante revisión, tanto en cerveza de botella como tirada, para ir incorporando las novedades más interesantes del sector que mejor se adapten a la carta.
El precio medio está sobre los 19€/pax y el horario de su cocina ininterrumpida es desde las 13h hasta la 1 de la madrugada, de jueves a domingo. Barceloneta necesita más lugares como Bar Maracaibo para atraer a aquellos que buscamos la informalidad del barrio con la calidad. Su terraza, además, es de lo más cómoda y ofrece unas vistas al puerto deportivo ideales para dejar correr el tiempo allí y disfrutar.