Con ello, el Tablafina se eleva como nunca, no solo por la calidad de esta propuesta sino por el broche final que te proponemos: finalizar la experiencia con un cóctel en Eleven, la coctelería ubicada en el onceavo piso del Hotel NH Calderón.
Tablafina es un concepto de tapeo refinado que empezó en el Hotel NH Nacional en Madrid y se expandió a los hoteles de la cadena en NH Plaza de Armas Sevilla y en NH Calderón en Barcelona, el 5 estrellas ubicado al inicio de la Rambla Catalunya. Como el nombre indica se creó con el firme propósito de elevar una oferta gastronómica para compartir con embutidos selectos, quesos, encurtidos y laterío acompañándose de una cuidada selección en bodega. Convertir en extraordinario lo que era ordinario y, por lo tanto, había perdido su brillo. Abel Valverde, quien dirigió la sala del recordado Santceloni de Madrid durante 21 años y es en la actualidad el director de restauración de Pescaderías Coruñesas y su emblema Desde 1911, supervisa la carta que el chef Joel Tomás ha diseñado. Tomás, vinculado a Grupo NH desde hace 15 años, apuesta por sumar a esta oferta una revisión de clásicos tradicionales. Seguramente la estrella es y será un plato que conecta a Valverde con la vinculación emocional y profesional que tuvo con Santi Santamaria, el recordado chef de alta cocina del Can Fabes de Sant Celoni: el jarrete.
Imposible no empezar por la tabla quesos con la selección de Abel Valderde: queso de vaca Rey Silo (reconocido con diversos premios, este queso con poca curación tiene una buena intensidad), queso de cabra de Fuerteventura, queso de oveja con 40 semanas de maduración y un queso azul madurado en fresco. Cuatro opciones que, como manda una tabla clásica, se acompaña de frutos secos, frutos deshidratados y mermelada de higos. El siguiente plato cuenta con otra de nuestras debilidades: el brioche de sobrasada de Xesc Reina con trufa rallada y ralladura de lima y miel. Cerramos el capítulo de los entrantes con los langostinos picantones, maridados en salsa chipotle y rebozados en arroz vietnamita. Estos entrantes son una radiante muestra del buen picoteo, creado tanto para saciar hambre como para abrir apetito.
Vamos a confesar que en los principales hemos disfrutado aún más. La lubina al vapor con salteado de setas shimeji, sepia y consomé de boletus y champiñones es de las mejores probadas en tiempo. El consomé eleva la lubina y en estos contrastes queda un punto medio muy elegante. Cocción impecable, por supuesto. La emoción se desata con el jarrete de Santi Santamaria, una receta tan mítica que el propio chef llevó a venderla en conserva en su aventura de catering en formato box Gourmand Santamaria. Recordar el sabor de este jarrete a baja temperatura con sus chalotas y parmentier con cebollino ha sido genuinamente emocionante. Finalizamos con otro clásico revisitado: el carrot cake. Crema de queso con toque cítrico de limón y naranja, bizcocho al vapor, gominola y gelatina de naranja.
El vino, el otro gran protagonista, se refleja en una interesante carta que concentra en 60 vinos los mejores momentos líquidos, conteniendo más de 40 vinos que se sirven a copas. Un rara avis que permite disfrutar de referencias como Istiu 2017 (de Bodegas Enric Solera), La Nit de les Garnatxes (de Bodegas Capçanes) o el ARS Colecta Gran Rosé.
¿Y cómo se acaba por todo lo alto un festín similar? En el Eleven, el cocktail bar sito en el mismo Hotel, en el piso onceavo, con las mejores vistas casi 360º de la ciudad. A la altura de esta panorámica están los cócteles creados por el bartender Marlon Ruocco, desde creaciones propias a reinterpretaciones de clásicos con un twist. Su carta, con 15 cócteles, propone hasta 6 opciones de mocktails. Si ha caído la noche, beber estas delicias líquidas con Barcelona a tus pies será un momento para recordar (y querer revivir).
Tablafina te espera a diario des del mediodía hasta las 23h, en horario ininterrumpido. Su ticket medio, sobre los 35€, se puede elevar unos 15€ más si completas la experiencias con la visita a Eleven. Esta cocina de producto y mimo sana almas.