Dos Palillos. Influencia mediática y cocina asiática

ADVERTISING

El camino que sigue un chef después de haber pasado por los fogones de elBulli de Ferran y Albert Adrià, es impredecible. Albert Raurich, jefe de cocina durante años en el emblemático restaurante de Cala Montjoi, miró hacia el Este…

El camino que sigue un chef después de haber pasado por los fogones de elBulli de Ferran y Albert Adrià, es impredecible. Albert Raurich, jefe de cocina durante años en el emblemático restaurante de Cala Montjoi, miró hacia el Este e inició su proyecto personal. El resultado es un local divertido, de atmósfera informal y cocina efectiva.

¿QUÉ ES DOS PALILLOS?

Bajamos por La Rambla y entramos al Raval con esa especial ilusión que se apodera de uno cuando se acerca algo bueno. Cruzamos la puerta del Dos Palillos y atravesamos el bar para llegar a la gran barra asiática. Unas cuantas sillas altas rodean la barra y aseguran al comensal la mejor posición para no perderse nada. Al otro lado, los cocineros saludan de forma automática sin perder atención en sus tareas.

restaurante dos palillos

La sala es oscura y tranquila en contraposición al dinamismo de la decoración y al constante movimiento del personal. Motivos festivos de Japón, China y otras culturas del sudeste dan ese punto irreverente que le va como anillo al dedo.

¿QUÉ COMER EN DOS PALILLOS?

Dos Palillos dispone de varias opciones ya sea mediodía o noche. La carta, dos menús largos con las mejores elaboraciones y otro llamado selección del chef, donde te pones en sus manos y te dejas llevar por la sorpresa. Nosotros nos interesamos por las dos fórmulas de mediodía, una servida en la zona del bar y con un precio de 22€ y otra en la barra por 45€. Esta última fue la elegida.

Si bien predomina la cocina japonesa, la china, la vietnamita o la tailandesa han dejado su huella. El equipo incorpora recetas y técnicas culinarias a medida que va adquiriendo experiencia en cada una de estas culturas orientales. La propuesta se sustenta en una gran disciplina técnica, un profundo conocimiento culinario e ingredientes de calidad, y fue reconocida con una estrella por la famosa Guía Michelin.

restaurante dos palillos
restaurante dos palillos

De los ocho pases, el primero fue el Chicharrón con granizado de melocotón y menta. Un bocado donde el contraste de sabores y texturas nos preparó para un menú lleno de sorpresas para nuestros paladares occidentales.

Seguimos con un plato de lo más disfrutón en el que dimos rienda suelta a nuestros dedos y nos dedicamos a capturar los Camarones atrapados en la red. Sabor y creatividad entretejidos.

restaurante dos palillos
restaurante dos palillos

El Hassun contiene pequeñas elaboraciones, normalmente vegetales o de pescado. Es uno de los elementos característicos del Kaiseki. En nuestro caso, Shiitake con vinagre de arroz, berenjena y dashi, un falso Shirako y Moroheiya. Aquí nos enfrentamos a sabores nuevos y a emociones fuertes.

La tranquilidad volvió a nosotros al descubrir la pintaza de un plato que conocíamos bien. El Temaki de atún del Dos Palillos es excelente. El pescado es gustoso, grasoso y cálido en boca y el arroz, en su punto perfecto, ofrece consistencia y textura.

restaurante dos palillos
restaurante dos palillos

La caja de bambú redonda anunciaba grandes cosas. Dumplings de langostino con jamón ibérico, uno de los platos ganadores junto al Temaki.

El nivel siguió muy alto con las Burgers de buey, un exquisito tres-mordiscos con el que nos deleitamos mientras especulábamos cuál sería el próximo pase.

Por suerte nuestra, pudimos acabar con magnífica Papada ibérica que habíamos visto encima de la brasa al llegar y que hacía horas que preparaban con mimo y rigor. Esta, al estilo cantonés, supuso una gran forma de conectar salados con dulces y abrir paso al postre.

restaurante dos palillos
restaurante dos palillos
restaurante dos palillos

Pocos postres representan tan bien la repostería japonesa como el Mochi y pocos mochis se acercan tanto al disfrute absoluto como este. De fruta de la pasión y regaliz. Dulce sin exceso, goloso, refinado, redondo y total. La mejor forma posible de decir “se acabó por hoy”.

Pocos minutos después de un café volvemos a cruzar el marco de la entrada en dirección opuesta. Hemos vivido una experiencia muy distinta a todas. Nos hemos sumergido en la creativa y entrenada cocina asiática de Albert Raurich. Nos vamos sabiendo que hay que volver para probarlo de noche, con unos vinos y unos sakes, del bar a la barra y con la lujuria subida.

Los mediodías gourmet son pequeños lujos asequibles. Descubre los menús de estrella Michelin de menos de 50€

ADVERTISING
ADVERTISING
IAVJVlGAok

Lectura relacionada

BAR BÀRBAR, Bocadillos y Bon Vivant

29 Oct 2024
Si hay algo que distingue a la nueva generación de jóvenes restauradores es que tienen muy claro lo que quieren y cómo lograrlo: buscan guiar a todos, incluso a los más rezagados, hacia una nueva visión gastronómica.