De Vallromanes os hemos contado sobre el 1497 del Ecoresort Mas Salagros y Can Poal. De cómo en una población de tan sólo 2.000 habitantes la oferta gastronómica es tan grande. Pues bien, a escasos km, en Vilanova del Vallès, encontramos el Vilanova Casa de Menjars, abierto hace menos de un año para darnos muchas alegrías en forma de suculentos platos.
En esta ocasión nos encontramos ante un trío: los hermanos Eric y Jessica León acompañados de Héctor Sánchez. Los hermanos León, tras volar en otras cocinas y salas han regresado a Vilanova para tomar las riendas del Bar Vilanova que abrieron sus padres en 1989. El relevo de esta segunda generación cuenta con la seguridad que sus bagajes conjuntos componen una buena sinfonía. Estuvieron desde Mugaritz (stagiers) al Blanc del Hotel Mandarin, pasando por el 5 de Paco Pérez y el fugaz y añorado 4 amb 5 Mujades. Ahora, esa calidad y técnica aterriza para revitalizar el bar de casa de comidas y ofrecer una razón a los disfrutones para irnos a Vilanova (del Vallès).
Esta casa de comidas busca democratizar: puedes venir a por un vermut con un bol de patatas y mejillones y quedarte a disfrutar de un arròs o un chuletón, nos cuenta Eric. Un planteamiento acertado, sin duda, porque ese paso adelante del Bar León a Vilanova Casa de Menjars hubiera sido muy abrupto si sólo se contemplase una carta gastronómica en exclusiva. De hecho, en la sala conviven con sonrisa aquellos que buscan bocados más sencillos y sabrosos con quienes esperan platos más elevados, y ésa es la esencia de una propuesta hecha para el lugar donde han escogido aterrizar.
Empezamos precisamente por una croqueta de aúpa, perdón, de gamba de Palamós con un fino velo de panceta, con una buena farsa fluída y sabrosa, con una buena materia prima reconocible en los dos bocados que dura. No menos gloriosos nos parecen los otros dos entrantes: unos elegantes boquerones marinados en aceite de oliva y cítricos y una zamburiña a la brasa con velo de panceta, un fuera de carta que cogimos con ganas.
Saltamos a los principales, al ajoblanco con sardina ahumada, cebolla encurtida, huevas de trucha y aceites de hierbas y ajos: buen juego de texturas y temperaturas, un plato muy armonioso. Continuamos con el finísimo tiradito de lubina macerado en miso y remolacha, aliñado con vinagreta de kiwi, apio y cebolla roja. Y finalizamos con unos canelones tradicionales con espectacular farsa de rabo de toro, suculencia absoluta, con su gratinado.
Se para el mundo ante la vieira: espuma de parmesano, pesto y chip de patata para darle un matiz crujiente a este platazo que se finaliza con un aceite de trufa de verano. Viene a continuación un all i pebre de anguila y finalizamos los entrantes con otro plato de temporada que en breve desaparecerá (para regresar, esperamos): las colmenillas rellenas de rabo de toro y foie, con su demi glace.
Y no, no es que nos quedáramos con hambre, nos pudo la gula: no podíamos dejar de probar el arroz de gamba roja ni el lomo alto con patatas al café de París, un fuera de carta que nos conquistó en cuanto nos trajeron la pieza en crudo para apreciarla. Cocinada, en su punto justo de cocción, nos supo a gloria.
Los postres, seductores, nos obligaron a dilatar esa gula y rendir pleitesía a la piña colada (una maravilla de piña infusionada con ron, azúcar y agua, pasa al Josper y se finaliza con una sopa de fruta de la pasión y yogur), a la necesaria dosis de postrazo con chocolate con chocolate, avellana y caramelo (con helado de gianduja de Delacrem, ojo) y un conseguidísimo cheesecake al estilo vasco. Ya ves, todo va de tríos.
Qué gustazo encontrar este equipo entusiasta. Los León han regresado para reconectar lo aprendido con lo conocido. Para armar esta propuesta de platillos de cocina de temporada se han rodeado de los mejorcito de su km 0: pan de masa madre del Forn Vila, embutidos de Cal Cabré (los conocemos y damos fe del trabajazo de Jaume y Mariona) y productos de la huerta cercana de diversos amigos. Con este foco en la temporada, estamos convencidos que cuando llegue el frío tendremos que regresar para gozar de guisos, setas, caza y alguna que otra maravilla que seguro nos deparará el trío maravillas.
De momento, su horario es de martes a sábado. Los miércoles abren a las 13h y cierran a las 17h y los jueves, viernes y sábados de 13 a 17h y de 20:30 a 23:30h. Para los días laborables tienen un menú de mediodía de 23€ que, creednos, tiene una relación calidad-precio imbatible: dos platos a escoger entre 15 propuestas cambiantes, postre, pan y bebida. El ticket medio ronda los 35€/pax, aunque no nos extrañaría que se os fuera la cabeza con las buenas referencias de vinos que tienen.