Hoy en día, uno puede llegar a estresarse cuando busca un sitio en el que disfrutar de la buena gastronomía de Barcelona. Existen tantos estilos de comida como conceptos de restaurantes: bares, restaurantes al uso, fondas, taquerías, bodegas, vermuterías, gastrobares… Así que algunos optan por llevar un poco más allá uno de esos locales que tradicionalmente ya tenemos interiorizados y de los cuales sabemos qué esperar.
¿QUÉ DEFINE PACO MERALGO?
Es el caso de Paco Meralgo, del Grup Olivé, que se define como Alta Taberna. Y como podemos adivinar, en él encontraremos bocados clásicos con un valor añadido. Aquí se practica una cocina que realza el producto y presenta tapas y platillos ideales para compartir o para comer en dos mordiscos. En su carta leemos nombres de siempre que no necesitan presentación pero que sorprenden por su nuevo formato o su cuidada presentación.
Entre la clientela de Paco Meralgo se encuentran un buen número de fieles que han encontrado su espacio de ocio en el que comer bien y beber igual o mejor, pues como curiosidad decir que es uno de los pocos restaurantes de nuestro país que sirve Vega Sicilia a copas, y según el propio personal no dura una botella más de dos días abierta. Claro está, el precio de la copa no es tan atractivo como el vino, pero 25€ por unos cuantos sorbos del vino más emblemático y codiciado de España, es un capricho que todo el mundo puede darse una vez. No fue nuestro caso. ¡Qué lástima!
¿QUÉ COMER EN PACO MERALGO?
Pero sí comimos a la altura del concepto y probamos algunos de los platos más famosos del lugar. Arrancamos con los picas y lo primero que nos llegó fueron las Croquetas de Sepia o como ellos las llaman: las “Obama”. Redondas, crujientes por fuera, con una corteza ligera y untuosas y gustosas por dentro. No habíamos acabado de comerlas que nos llegaron unos excelentes Pimientos del Padrón. Frescos y muy bien salados.
Seguimos con unos Boquerones rebozados que supuso el paso de la cerveza al vino blanco. Nos deleitamos con un platazo que está arrasando entre los comensales y no deja de copar espacio en el muro de Instagram de los mejores foodies. Hablamos del Tartar de lubina salvaje con salsa de estragón, una maravilla de sabores suaves y sutiles que ensalza la calidad de un gran pescado que encuentra armonía en esta salsa bien trabajada. Otra sugerencia a parte del tartar, fueron los Chipirones salteados con judías de Santa Pau, un clásico que no podría ser mejor pues las judías de Santa Pau son quizá las más deseadas de nuestra tierra. Un plato fuerte de esos que tardas en digerir pero mucho más en olvidar.
Con el hambre en fuga, nos anunció uno de los cocineros que estaba haciendo un arroz de cerdo y verduritas que no estaba en carta y que tenía intención de dejárnoslo probar. Era meloso, con sabor y los granos estaban en su punto. Ahora sí, llenos y con ese peculiar sueño que da un buen almuerzo. Pero aún quedaba trabajo por hacer y no íbamos a insultar a esos buenos señores.
Dos montaditos y pasamos a dulces avisaron. Allá vamos, pensamos. El primero era una tostada con Steak Tartar encima. Correcto pero totalmente eclipsado por el último de los manjares salados. ¡Qué Pepito! De filete de ternera marcado por fuera y rojizo por dentro. El pan, de forma redonda como si de una burger se tratara estaba caliente, crujiente o dicho de otra forma: frito en aceite de oliva. Un maravilla que se convirtió en uno de nuestros bocados favoritos de la jornada.
Prepararnos para los postres no fue tarea fácil y cuando vimos llegar tres platos ya temblábamos aunque al final no hubo problema para dejar los platos vacíos. Comimos una muy buena versión casera del Pan con aceite y chocolate, que en este caso estaba fundido. También una copa con frutos rojos y sorbete de maracuyá y por último y sin duda el mejor, la Torrija de Santa Teresa. Más ligera de lo que suena y tan deliciosa como aparenta. La crema que la rellenaba una auténtica exquisitez. Todo ello fue debidamente regado con un vino dulce de Jerez. Los cafés fueron el punto y final de una agradable comida en uno de esos restaurantes de Barcelona que recomendamos muy mucho.
Y es que al final, a veces, no hace falta inventar nada nuevo, solo acabar de pulir algo que ya existía y que nadie recuerda. Y el resto es simple de entender pero difícil de encontrar que son buenas manos, mejor producto y muchas ganas.
AHORA QUE YA CONOCES ESTE RESTAURANTE DEL EIXAMPLE…
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