De la mano de Toni Solans y David Romero, dos buenos amigos formados en la escuela de hostelería Hofmann, surge Mantis. Estos chefs, con un espíritu curioso e inquieto, definen su restaurante como un puzzle en el que cada pieza es una idea alocada e innovadora que, al encajarse, busca sorprender con su cocina de fusión asiática. Lo más destacable del proyecto de Solans y Romero es la manera desenfadada y sin complejos con la que abordan la cocina moderna, sin perder de vista lo tradicional. A través de técnicas cuidadas y productos de calidad, reinterpretan la cocina asiática con influencias catalanas para brindar una experiencia asombrosa en cada plato, complementada con una presentación sofisticada.
Después de finalizar sus estudios en la escuela de hostelería, el destino llevó a Toni Solans a trabajar en Fäviken Magasinet, del renombrado chef Magnus Nilsson, en Suecia. Desde entonces, ha sido un trotamundos, explorando lugares como Bali, República Dominicana y Sri Lanka, donde recolectó ideas e inspiración para futuros proyectos. En este último destino, fundó un brunch llamado Nomad Café en 2017. A su regreso a Barcelona, se unió al equipo de Mano Rota junto a Bernat Bermudo. Durante la pandemia, decidió abrir un restaurante clandestino en su piso, conocido como MosK, que sirvió como preludio para su siguiente restaurante, Mantis, continuando con la temática de nombres de insectos.
La aventura de David Moreno es bien distinta ya que el destino lo llevó a Madrid, donde desempeñó el papel de jefe de partida en el afamado restaurante DiverXO de Dabiz Muñoz. De vuelta a Barcelona, se adentró en la cocina japonesa, una de sus pasiones, y comenzó a trabajar en Koy Shunka, donde pasó 4 años como jefe de barra. Pasado ese tiempo, se reencontró con Toni en MosK, donde, mano a mano, trabajaron juntos y empezaron a cocinar los platos asiáticos que a día de hoy se pueden disfrutar en Mantis. A ambos chefs catalanes les une la pasión por Asia y la cocina, y de ahí han surgido muy buenas propuestas gastronómicas.
Comer en Mantis es como recorrer Asia gastronómicamente sin salir de Barcelona. La primera parada es Hong Kong, donde Toni y David reinterpretan el Won Ton. En esta versión, fríen la masa y la presentan con una carbonara elaborada con salsa XO, panceta ibérica Maldonado y una salsa de vieira seca, muy utilizada en la ciudad china. Esta amalgama de sabores entre Asia y Europa te hará salivar con cada bocado. Con su Haw Gow Dumpling, nos trasladamos a Tailandia. Rellenan la masa con gamba roja y la presentan sobre una salsa hecha con las cabezas, inspirada en los sabores de la cocina tailandesa. Esta propuesta invita a rebañar el plato tanto con la cuchara como con el acompañamiento de pan.
Los sabores de aquí y de allá, junto con una cocina con potencial, incluyen elaboraciones inteligentes que pueden considerarse un guiño a Cataluña. Ejemplos de esto son la cigala sobre un cracker de piel de gallina y mayonesa de azafrán, que podrían considerarse un mar y montaña, o los platos de cuchara como las setas a la brasa, con pollo en escabeche y huevo frito en el wok. También podéis disfrutar de algunos platos fuera de carta que os sorprendan por la manera y madurez, con que juegan con las técnicas y sabores, como en el caso del jurel, pescado en Galicia con caña, acompañado de berenjena blanca escalivada y yogurt ahumado.
Los postres no iban a ser menos: el brownie de cacahuete con helado de plátano asado o el pani puri de mango inspirado en India, ofrecen una experiencia gustativa que se aleja de los típicos postres que habéis probado hasta ahora.
En Mantis predominan el pescado, los productos asiáticos, las salsas picantes y el buen gusto. Pero eso no impide que se pueda pensar en Cataluña al saborear sus platos. Nuestra recomendación es que disfrutéis de todos estos platos en cualquiera de las dos barras, ya sea frente a los fogones o al cuarto frío. El precio ronda los 60 euros por persona, y podéis disfrutar de estas creaciones de estos jóvenes genios con mucho potencial tanto en horario de comida como de cena de lunes a viernes. ¡Aprovechad para probar sus locuras, porque las combinaciones de sabores son de otro mundo!