Almas gemelas, almas jóvenes, viejas o nómadas. Todas rondando en busca de una alma compañera en el camino, y como las hay de bien parlanchinas, nuestra gastronomía y nuestros hábitos sociales son ideales para que todas ellas se encuentren, reencuentren e, incluso, se desentiendan.
Nos reunimos alrededor de una mesa para celebrar, negociar, decidir y proponer. Muchas de las decisiones más importantes de nuestras vidas habrán sido escenificadas con mantel y cubiertos. Lo que nunca falla es un buen vino, blanco o tinto, para regar las conversaciones, hacerlas fluir y convertirse así en el perfecto maestro de ceremonias del desfile de platos que te esperan por delante.
Así nos sentimos en Bardot, un lugar que nunca defrauda. Céntrico y tranquilo, a la vez que bullicioso, iba a ser un escenario perfecto para que el equipo de la BCN Foodie Guide se sentara e hiciera balance. Una guía, dos cenas secretas y tan sólo seis meses después de unirnos en este proyecto, era el momento para sentarnos y simplemente hablar. Conversar.
Acompañados de una copa fría, perlada, del Ànima blanco de Raimat, el festín empezó con un dúo de gazpacho y vichyssoise, seguido de unas alcachofas al horno con huevo poché en su corazón y una cama de calabaza. El Ànima tinto hizo acto de presencia, impetuoso, lleno de cuerpo, para aflojar lenguas y desfermar risas, actuando de antesala a la entrada de unos espectaculares calamares rellenos y un no menos delicioso risotto de calabacín con su flor rebozada y apetitosa. Chin Chin. No, aún faltaba el postre, la parte de las comidas más tentadora, que te comes sin hambre pero sí con gula: las torrijas reinventadas que nos plantaron en la mesa volaron en cuestión de segundos.
Nos encanta Barcelona, nos apasiona conocer de forma estrecha aquellos talentos de la gastronomía que riegan nuestro asfalto: esto nos unió. Ante el ingenio, la simplicidad y la efectividad, no podemos más que quitarnos el sombrero. En esta cena, en Bardot, ya en los postres y habiendo conversado, es cuando decidimos brindar: por nosotros, por la gente que hemos conocido en el camino, por los foodiedriends viejos y por los nuevos, como Raimat, que nos ha inspirado con la delicadeza de su ruta Ànima. Tenéis hasta el 15 de junio para visitar 89 restaurantes en los que conversar y paladear, dejaros llevar y seducir por la comida, la bebida y el placer de intercambiar ideas y sentimientos. ¡Nos vemos en #RutaAnimaRaimat!