Grosso Napoletano, sabrosa pizza napoletana

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Acaba de desembarcar en la ciudad una de las mejores cadenas de pizza artesanal del mundo. Grosso Napoletano.

Grosso Napoletano, de hecho, es la única cadena de pizzería artesanal española figurante en el top 10 de esta categoría según el prestigioso ranking internacional 50 Top Pizza que se confecciona anualmente. Ahí es poco. Así que nos acercamos a probar esta exquisitez en Sant Gervasi.

Donde antes habitó Casa Paloma (Casanova 209) se ha establecido Grosso Napoletano. Desde julio, este fantástico local, con una acertada remodelación, acoge ahora en su zona central un horno de leña que es el corazón de la pizzería. Es visible desde casi cualquier punto del local y ver cómo salen las pizzas es casi hipnótico. Pasados sesenta segundos desde que han entrado en el horno, concretamente, alternado con expresiones y órdenes en italiano de sus dos pizzaiolo. Suspiras de alivio: aquí saben de qué va.

Grosso Napoletano

Grosso Napoletano tiene alma italiana y cabeza madrileña: empezó en 2017 con la apertura del primer local en la calle Engracia. Y es, en parte, es el sueño de uno de sus fundadores, Hugo Rodríguez de Prada, que casi una década antes ya había vislumbrado lo que serían los pilares de una pizzería artesanal de calidad: doble fermentación larga de sus masas, un horno de leña y que la magia la obren los mejores pizzaiolos.

Éstas son las características que seducen de Grosso Napoletano, a sumar la estricta norma de que todos los productos provienen de Italia y son de altísima calidad. De hecho, llegan dos veces por semana a los restaurantes de la cadena, que actualmente suma 13 locales (11 en Madrid, otro en Valencia y el recién inaugurado en Barcelona). Así nos lo contó el mismo Rodríguez de Prada cuando acudimos a una masterclass, invitados a descubrir los insights de la pizzería y conocer de primera mano su materia prima de gran calidad: granna padano, pecorino, tomate San Marzano, aceite de oliva virgen, harina molida en molino de piedra o mozzarella de búfala, por nombrar algunos.

Grosso Napoletano

Al final, la excelencia está en respetar la materia prima y hacer el mejor producto posible, de forma tradicional y sin estridencias. En la simplicidad está el éxito, como demuestran sus excelentes Margherita y Marinara, hechas según mandan los cánones, y exquisitas. En una carta de 12 pizzas que no es excesivamente larga se comprueba que los clásicos como las antes nombradas se combinan con pizzas más creativas, donde luce la materia prima. Buena prueba de ello es la Maria Grazia, con caciocavallo, fiordilatte, calabacines marinados, panceta y un toque de pimienta. Es una pizza blanca muy elegante, en la cual los calabacines aportan estructura y la pimienta, el boost necesario a los dos quesos. Nos sentimos tentados a aportar unas gotitas del olio peperoncino que elaboran de forma artesanal (y que está a la venta) y fue un acierto.

En esta masterclass no sólo probamos los ingredientes sino que pudimos meternos con los pizzaiolo a aprender cómo amasar, extender la masa con propiedad y divertirnos creando nuestra pizza. La doble fermentación aporta a la masa una elasticidad única, además de hacerla mucho más digestiva.

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Si antes de disfrutar de estas buenas pizzas te apetece un antipasti, tienen cinco entrantes deliciosos: la burrata (acompañada de tomates de la huerta asados en su horno de leña con un toque de orégano y pesto de albahaca), carpaccio de zucchine (calabacín marinado a la menta con ricotta, tomate seco, y cebolla china), vitello tonnato (redondo de ternera blanca en lonchas, acompañado de alcaparrones y mayonesa de atún, anchoas y alcaparras), avocado caprese (perlas de mozzarella, tomate cherry, aguacate y cebolla con vinagreta de pesto y albahaca con crema balsámica de Módena IGP) y carpaccio tartufato.

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Los postres caseros son pura suculencia, artesanos y con giros a la tradición dulcera italiano menos conocidos como el tiramisú bianco o el semifreddo de crema de nata con galletas. Si, no puedes irte sin probar alguno.. aunque nos robó el corazón el Cuore di Amarena, una mousse de ricotta y panna all’amarena Fabbri di Emilia-Romagna. 

Su terraza es también muy cómoda, y aunque no tiene toldos no sufrirás el sol abrasando el cogote por su ubicación: siempre hay sombra y es muy fresca. Sea en su amplio interior o en sus 5 mesas en terraza, sus pizzas y antipasto te harán cantar una tarantella a pulmón. Y dos puntos más a favor: un ticket medio ajustado de 20€/pax y un horario de cocina ininterrumpido a diario de 13 a 23h (que se alarga hasta medianoche los viernes, sábados y domingo). Como ellos mismo dicen: Napoli rules!

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