Doo Bop es una de las más reciente aperturas en el efervescente Poblenou, con una propuesta basada en los platos tradicionales de la gastronomía cajún (o creole kitchen) más informal, y en la que el frito es la estrella indiscutible. El buen frito, por supuesto, hasta tienen unas “reglas del buen freír” propias: el aceite que se usa para elaborar recetas tan míticas como el pollo frito, es de alta calidad y limpio, y siempre a una temperatura controlada para conseguir la mínima absorción de aceite. La última y también importante: materia prima de excelentísima calidad.
Raíces, mestizaje, blues, jazz y platos para compartir: un homenaje a la cultura negra de New Orleans y Louisiana (no en vano el restaurante toma el nombre del último álbum que el gran jazzman Miles Davis grabó en 1992) que también bebe de la tradición culinaria del vecino México y el barrio vietnamita de New Orleans. Una gran mesa en la que los acompañamientos, o side dishes, son a su vez protagonistas: patatas fritas, patacones, cornbread con mantequilla de chile ancho, coleslaw, mazorca de maíz o ensalada verde vietnamita. Todos ellos elaborados a diario con ingredientes de primera calidad, absolutamente gluten free: usan harinas de arroz y maíz.
El chef Circo, argentino ciudadano del mundo que fue responsable de las cartas de referentes hype como Federal (de Sant Antoni) o Tarannà, sigue ahora en DooBop buceando en el comfort food, aquella cocina que se asemeja a la casera, la familiar, la que se comparte y hace sentir bien porque se disfruta en compañía y hace conectar con la parte emocional del acto de comer. En DooBop, además, presenta platos que las grandes cadenas de restauración fast food habían introducido y pervertido para darles una nueva perspectiva y el lugar que se merecen en estómagos agradecidos. Como dice el propio chef, “comer rico hace bien”.
Probamos un auténtico festín, porque al tener deliciosos side dishes pudimos hacer nuestra propia combinación y probar así un poquito de todo. Destacables los tomates verdes fritos, un entrante clásico sureño que viene acompañado de un relish de maíz que aporta contraste ácido, y las gambas vietnamitas, con chile, ajo, menta, lima y cilantro. Potentes y sabrosas, preparativo para lo que sigue: el bacalao frito estilo cajún, el waffle de pollo frito al estilo cajún con garnish de sirope de arce al gusto, la costilla de cerdo Spiced (melosa, muy gustosa) o los tacos de mejillones fritos con guacamole, crema agria, lechuga y salsa verde. El broche final, tres pedacitos de pastelazos de elaboración propia: el pecan pie, el brownie con helado de vainilla (con topping de toffee y cacahuete tostada) o el cheesecake NY clásico y untuoso.
La parte líquida la conforman seis cervezas de importación y artesanas (la Maes, en grifo), incluyendo una opción gluten free, y sodas y milkshakes caseros (gran clásico estadounidense) elaborados al momento, destacando la soda de saúco o la soda de lima. Y las salsas, tanto el ketchup (con una receta especiada secreta del chef Circo) como la mayonesa de lima y jalapeños se preparan casi a diario.
Tanto mimo y cuidado en ofrecer alta calidad en cada aspecto de su propuesta gastronómica se nota. Tanto el entorno como el servicio es informal, pero la comida se la toman muy en serio. Una agradable sorpresa para entrenar el paladar en nuevas combinaciones sorprendentes de sabores, y porqué no, para pasar un buen rato. Como las notas del jazz, melódicas, consecutivas pero a veces con giros abruptos que te mantienen en vilo.
DooBop abre todos los días de 12:30h a 16:00h. De martes a sábado, ofrecen servicios de cena de 19:30h a 23:30h. Tanto en sábados como en domingos, disponible una selecta carta de brunch desde las 10:0h. hasta las 14h.
