Si a alguien se le ocurre una tapa más cremosa made in Spain que la croqueta que hable ahora o calle para siempre. “Pues nacieron en Francia”. Bueno, lo que hay que oír. Sea cual sea su origen, propuestas como la de Catacroquet Bistrot confirman que hace mucho tiempo hicimos nuestro este bocado (del cielo). Eso sí, en este acogedor restaurante de Poblenou, aunque no nos importaría alimentarnos únicamente a base de croquetas, tienen una carta para pegarse una buena sesión de tapeo y lo que surja.
¿QUÉ DEFINE A CATACROQUET?
Con una carta casi recién estrenada, como vecinos del lugar fuimos a probarla. En primer lugar nos encontramos un menú dividido en dos partes: lo croquetable y lo no croquetable. We’re IN. Como no podía ser de otra manera, comenzamos probando un trío de croquetas. Jamón serrano, chipirón en su tinta, provolone con espinacas. Llamadnos puristas, pero nuestra favorita fue la primera, aunque todas ellas estaban en el punto perfecto que hacen querer repetir. Esto nos hizo pensar que el poema dedicado a la croqueta y el día internacional para este mordisco no están a la altura del homenaje que hacen en Catacroquet.
CATACROQUET TIENE MEJORES CROQUETAS DE BARCELONA…
Después de encumbrar las croquetas como producto gourmet, pasamos a la parte no croquetable. Ambas partes están hechas con ingredientes de primera calidad y de temporada, así que el disfrute se mantuvo durante esta parte también. ¿Qué cosas puedes comer aparte de estas croquetas hechas artesanalmente? Los platos restantes están inspirados en distintas cocinas del mundo.
Lo typical Spanish no se queda fuera. Por eso, como comienzo probamos unas patatas bravas que merecen la pena el desplazamiento. Dentro de una Bravas Champions League, este plato de Catacroquet estaría en las primeras posiciones. Una textura y salsa perfectas las sitúan allí. Además, es que no pueden faltar en cualquier buena sesión de tapeo que se precie.
¿QUÉ MÁS COMIMOS EN ESTE TEMPLO DE LAS TAPAS DEL POBLENOU?
Antes de coger un vuelo que nos lleve lejos de las tapas clásicas patrias, degustamos también unos huevos rotos trufados. Unos eco y de corral que se convierten en una explosión de sabor nada más tocar nuestras papilas gustativas. Una delicia sobre todo para aquellos que consideramos que la yema es la mejor salsa del mundo.
Y hablando del mundo, seguimos con otros platos “no croquetables” capaces de transportarnos por él. ¿Ejemplos? Un bao bun de rabo de toro con yogur de jengibre nos hace poner un pie en Asia y mantenernos con el otro en Poblenou gracias al sabor contundente del guiso. O una burrata deliciosa hecha a la plancha con crujiente de ajos tiernos y setas. Buenísima. Así de simple.
Con todo este argumentario, ya sólo queda decidir el motivo secundario por el que ir a Catacroquet Bistrot. Porque, claramente las croquetas son el principal, pero hay más y muy buenos. Por una media de 20€ podéis comer platillos super deliciosos en un local donde la música, cocktails, vermús y alegría se entremezclan para hacerte feliz. ¡Ah! Y también tienen un menú de mediodía por 10,50€. ¡Larga vida a la croqueta!
