Sitges, pero, cuenta con más armas que su arquitectura monumental para atraer a miles de visitantes: hoy, además, te contamos dónde comer y dónde alojarte para vivir un fin de semana en Sitges de puro ensueño.
¿Dónde Comer?
Pic Nic
Pic Nic es uno de nuestros favoritos, al cual vamos cuando empiezan los meses de frío y necesitamos sentir el sol y ver el azul del mar. Y un indispensable cuando empieza el calor porque se sigue gozando de ese sol y ese mar sin pasar calor. Su ubicación es inmejorable: en pleno paseo, con el agua a tus pies sin mojarte y con toda comodidad. Las vistas más impresionantes mientras se disfruta de la mejor gastronomía.
Es, además, un histórico que pronto, en 2025, cumplirá 70 años. Empezó sirviendo refrigerios pero poco a poco fue construyendo esta identidad de chiringuito de lujo donde la comida aún lo es más. De ello se encarga desde hace 7 años el chef Javier Luque, ahora con Kata Golodnikov a su vera como sous-chef. Cocina marinera de auténtica esencia, con pescados de lonja servidos con el máximo mimo y respeto, en elaboraciones que van desde las más tradicionales (como el suquet de rape salvaje con gambas, almejas y mejillones del Delta del Ebro) a las más creativas y sabrosas (como la sepia a la plancha con cebolla caramelizada y mantequilla de ajo asado) y, por supuesto, con sus arroces marineros.
Estos, son estrella de la casa: bordan el arroz al estilo señorito y si buscas otra buena opción con pescado, el arroz de bacalao y zamburiñas te parecerá sublime. Otro que es muy recomendable, en esta ocasión de carne, es el arroz de cerdo ibérico con ceps y trompetas de la muerte. Los postres no se quedan atrás, desde opciones refrescantes con perfiles refrescantes y algo ácidos como el helado de yogur, granizado de apio y pepino y manzana verde a otros con matices golosos sin dejar de lado la parte fresca, como el plátano con helado de caramelo salado y crema de yogur.
Beso Sitges
Beso Sitges, siguiendo a pie el Paseo Marítimo, alejándonos del centro, es un hotspot ideal para reponer fuerzas con los clásicos de la cocina estival, arrocera y marinera. Precisamente atraídos por esta promesa de verano en la boca nos hemos acercado y sentado en uno de los comedores exteriores.
Gamba roja, de breve cocción y aderezo, es todo un manjar, así como las rabas de bogavante, huevo a baja temperatura y puré de patata, una versión de un clásico del calor y la playa en las Baleares (el bogavante con huevo frito y patatas fritas). No hay verano sin dar buena cuenta de un arroz, ¿Verdad? Nuestra opción es todo un acierto, el arroz de carabineros estaba en su punto, bien de sabor.
La Punta
Bajo la dirección gastronómica de un profesional de larga y solvente trayectoria como Jaume Balada, la personalidad de La Punta ha ido asentándose a lo largo de los años en una cocina de producto sin grandes complicaciones, apoyándose en una buena selección de vinos y unas vistas deliciosas. Así, el buen producto de calidad luce y se disfruta en un contexto donde el tiempo se detiene: tu camino te ha llevado a La Punta para que desconectes y disfrutes.
El servicio incluye tres puntas de mantequilla de tomate, oliva y albahaca y un crujiente pan de masa madre de miga esponjosa. Este inicio es toda una declaración de intenciones. Un tartar de atún con cebolla caramelizada, aguacate y galleta crujiente de alga codium o un simple jamón ibérico reserva con pan con tomate y aderezo de aceite AOVE son la puerta de entrada a una buena experiencia ofrecida por un equipo de sala muy atento.
La carta no es muy extensa, fruto de una selección previa en la que los 8 entrantes sean representativos de su cocina mediterránea. Los principales, también en 8 opciones, comprenden platos de carne y pescado. Nosotros hemos optado por la vieira plancha con velo de panceta, chips de calamar y salsa de cebolla asada y la terrina de pato asado con foie, pistachos y ensalada de brotes tiernos y granada. Pero donde la diversión se intensifica es en los postres: a tu mesa llegará una cajita con compartimentos llena de vasitos con rellenos. Éstos son los célebres postres del chef en vasitos, clásicos redefinidos a este formato que llama y seduce por su variedad, donde el chocolate blanco o el negro no fallan, así como las opciones más cítricas o frutales y los hits como la panna cotta o el tiramisú.
¿Qué visitar?
Antes o después de tus paradas gastronómicas, sobre todo estando en el centro neurálgico de esta villa marinera, es imprescindible que conozcas tres lugares mágicos para nosotros. Si a estas visitas le añades paseos lentos en sus calles, fijándote en la luz incidiendo en los edificios, te aseguramos que la esencia de Sitges te habrá calado fondo al segundo.
Estos tres lugares ineludibles están, por fortuna, muy cerca: dirígete hasta la Esglèsia de Sant Bartolomé i Santa Tecla, un edificio emblemático, distinguible como un faro desde diversos puntos de Sitges. Deja que te azote el viento, el rugir de las olas, mira al mar desde el mirador privilegiado que ofrece su balaustrada y cierra los ojos para sentir la fuerza del Mediterráneo, batiendo contra las rocas desde tiempos inmemoriales.
A escasos metros encontrarás el Museu del Cau Ferrat, un edificio modernista que también tiene el mar como vecino. En su interior podrás disfrutar de la obra y los objetos de hierro forjado y otras maravillas que el pintor Santiago Rusiñol coleccionó a lo largo de su longeva vida. Rusiñol, artista global que pintó, escribió y describió una época y una sociedad, es el mayor exponente del Modernismo cultural. En este Museo parece haberse encapsulado su esencia: disfrútalo como un buen café o un buen vino, a sorbos cortos y pausados.
Por último, y delante del Museu del Cau Ferrat, te espera el Palau Maricel. El sueño de un coleccionista americano, Charles Deering, que se enamoró del enclave y encargó la construcción de un palacio al estilo modernista con la representación del folclore y las artes decorativas populares tan en boga a principios del s.XX. La escalinata que te lleva hasta el primer piso tiene profusión de decoración cerámica, es preciosa. No lo es menos el terrado, de diversos niveles: disfruta también de unas únicas vistas al azul del mar y déjate mecer por la brisa.
¿Dónde alojarte en Sitges?
Subur Marítim tiene un encanto particular, y lo que nos ha robado el corazón es su trato familiar y su concepción del lujo, que es elegante y se basa en el detalle, en el servicio y en las facilidades más que en los espacios modernos y super amplios. Verás el porqué: este hotel, que se construyó en los años 70 con la típica arquitectura de la época, mantuvo intacta la casa colonial que se encontraba en ese emplazamiento a primera línea de mar, junto a más casas indianas. Esta casa ahora alberga las suites del Subur Marítim y alojarte en ellas es un viaje impagable a la época de ese esplendor, con muebles, detalles e incluso cuadros e incluso las chimeneas adornadas, con todas las comodidades modernas.
No existe experiencia igual en Sitges y ese mismo encanto que nosotros hemos detectado en este hotel de gestión familiar, por lo visto, también vieron ilustres huéspedes como Jimmy Page, Antonio Banderas o, incluso, Jean Paul Gaultier. Si las suites están ocupadas, cualquiera de las habitaciones amuebladas con esencia marinera de forma austera y elegante cumplirá con tus expectativas.
Dolce Sitges es el campo base ideal para tu escapada a Sitges. ¿Has oído hablar de staycation? Este acrónimo define el quedarse en casa de vacaciones, participando de opciones de ocio cercanas del domicilio. Ahora ya se extiende a realizar escapadas o pequeñas vacaciones a lugares cercanos a donde residas. ¿Te imaginas un fin de semana de relax absoluto, con tiempo para pensar, conversar, leer o simplemente descansar? En Dolce Sitges te lo ponen fácil con un complejo de lujo donde escoger entre tres zonas de piscina con hamacas y camas balinesas, spa y gimnasio así como diversos espacios de restauración: en el restaurante Verema, gastronomía mediterránea y divertidas cenas temáticas; en el restaurante gastronómico La Punta, cocina de mercado con las mejores vistas y Malvasía Bar o DDB Dolce Deli Bar para un cóctel, un bocado rápido y sabroso o un cremoso café de especialidad.
Dolce Sitges está ubicado a escasos 10 minutos en coche del centro de Sitges, al lado del Club de Golf Terramar, aunque si prefieres una ubicación desde la cual descubrir Sitges sin necesidad de transporte, seguramente el Hotel ME Terramar será tu opción perfecta.
¿Ganas de seguir recorriendo nuestro litoral más cercano? Sube al coche y conduce con nosotros unos kilómetros al sur para descubrir los secretos turísticos, culturales y gastronómicos de Altafulla en este post.