Muchos ya conocéis Bar Roma por sus milanesas de ensueño, y, afortunadamente, ahora se podrán disfrutar a cualquier hora del día gracias a la apertura de su hermano pequeño. Romita, situado a escasos pasos, captura la esencia del concepto original: poder gozar de una milanesa o una croqueta a las 8 de la mañana, acompañada de un café de especialidad. Con esta fórmula, y el estómago bien lleno, es imposible empezar el día de mal humor.
Trabajar en alta gastronomía está bien, pero abrir un segundo restaurante con tu pareja es aún mejor. Gala Massetti y Jordi Saavedra, quienes han trabajado con algunos de los mejores chefs, como Martín Berasategui y Albert Adrià, se conocieron en Tickets, y el resto es historia. Sin embargo, entre esferificaciones, espumas y deconstrucciones, parece que lo tradicional queda de lado; incluso diría que uno se olvida de cómo se cocina de verdad, con su aceite, sal y agua. Así que, cansados de la alta cocina y no poder apreciar los pequeños placeres de la vida, como preparar una tortilla de patatas, en 2021 decidieron aplicar lo aprendido a recetas tradicionales en Bar Roma. Tres años más tarde, nace Romita. Para los más románticos, la oferta gastronómica es una declaración de amor. Con influencias de la cocina catalana y argentina, nacionalidades de los chefs, Gala y Jordi consiguen dejarnos sin palabras a cualquier hora del día.
Estar en Romita es como estar en el salón de tu casa. Los colores y la decoración del local te invitan a olvidarte, por un momento, de lo que sucede en el exterior. La mañana no comienza realmente hasta que le das el primer sorbo al café de especialidad de Nomad, para sentir que estás en la cima del mundo. Entre las opciones sólidas de la carta, la tosta con mantequilla y dulce de leche es un must que no puede faltar. Su presentación es impecable, cuidada hasta el más mínimo detalle. Para muchos, este plato evoca la nostalgia y el placer de los postres caseros. La mantequilla, con el nombre del bar grabado, te hace ser Brad Pitt en el poster de El Club de la Lucha. Y, contradiciendo el lema de la película, todo el mundo habla sobre Romita.
Los bikinis que antes estaban en la carta de Bar Roma ahora se pueden disfrutar en el nuevo local. El Bikini Bar Roma, que combina calabacín asado con queso edam, es un acierto en las ofertas saladas. Se sirve con una salsa marinara, y la armonía de sabores hace creer que estás comiendo una pizza. Y, ¿qué hay mejor que una pizza para desayunar? Por supuesto, se puede acompañar de una deliciosa y redondita croqueta de parmesano, cubierta con mucho, mucho queso parmesano por encima; una bola de nieve invertida que te puedes comer.
Pero, sin duda, lo que todos estábamos esperando es la Mona Lisa de los bocadillos, el plato estrella: la inigualable Milanesa. Este es el plato que atrae a todo el mundo, tanto a los habituales fieles como a los nuevos clientes, quienes peregrinan hasta l’Esquerra de l’Eixample para devorarlo. Sin ser un plato pretencioso, logra elevarse a una categoría especial. El sabor de la ternera empanada, combinado con el tomate, la lechuga y la mayonesa, es un canto gregoriano para todos nuestros sentidos. Además, puedes disfrutarlo a cualquier hora; siempre está disponible para degustar. Lo tradicional y lo simple, en este sentido, merece todo el reconocimiento que recibe.
Jordi y Gala buscan, en ambos proyectos, que la gente salga con la barriga llena y el corazón contento, ¡y vaya que lo logran! Un buen restaurante se basa en la calidad de su comida. Romita, aunque nació como un capricho sin pretensiones de complacer a todos, sorprende con su lógica y coherencia de sabores, dejando a los comensales encantados en su simple pero cautivador ambiente. Te esperan en Calàbria, 181, de martes a domingo, de 8:30 a 16h, y los fines de semana a partir de las 10h, con un ticket medio de entre 15 y 20 euros.