Con el mes de octubre, Per Feina abrió las puertas en Poblenou, en pleno 22@. Era la materialización del chef Rafa Zafra, que aunque enarbola la bandera del producto y la llevo al plato de la alta cocina no pierde la esencia popular. No hay nada más patrio que el menú de mediodía, un invento que popularizó Fraga Iribarne el los años 60 con la llegada del turismo. El menú del día, a precio cerrado y legislado, quería ser un reclamo para que esos turistas regresaran a casa con algo más que la piel quemada: una conexión con nuestra gastronomía. Ahora sin esa vinculación, se ha quedado en la costumbre de nuestra cultura de restauración con una pátina de cutrez y sencillez que Zafra dinamita desde los cimientos. Sí, Zafra y su equipo en Per Feina se ocupan de los desayunos y las comidas. Punto.
¿Qué hace de Per feina un lugar diferente?
Un reto que no es baladí. Stefano Schirru, quien lidera este entusiasta equipo, lo explica como nadie: aunque Per Feina se empezó a gestar a finales del 2021, el auténtico desafío era ver cómo un equipo acostumbrado a servicios de 40 comensales (como en Estimar o Amar) enfrentaría otro con un volumen estimado en centenares de comensales. En agosto empezaron las pruebas y si bien este entrenamiento permite que el cliente se sienta y coma en 30 o 40 minutos, a la práctica lo estira y lo goza. Porque otra realidad se revela: Per Feina no solo dignifica con creatividad e ingenio el menú del día, es también una fórmula para probar la cocina de Zafra a un precio más que ajustado.
¿Qué comer en Per feina?
Como relata Fabiola George, sous chef, el éxito les ha sorprendido, a pesar de haberlo deseado: no solo se forman colas a primera hora sino tenemos clientes recurrentes que vienen más de tres veces por semana. Aquí viene la explicación: entrante, plato principal, postre y bebida por 18€, precio cerrado. Ahora se entiende todo, ¿verdad? Y se valora más cuando se sabe y se nota que la materia prima es excelente, que no se escatima sino que se potencia la profesión, la capacidad y la creatividad del equipo de cocina para pensar grandes platos que sigan haciendo rentable un menú a ese precio.
No hay mucha rotación de platos porque ante la aceptación de tanto público, muchos de ellos se han convertido rápidamente en clásicos y hay protestas si se pretende sustituir. No obstante, Schirru, George y equipo hacen ligeros cambios semanalmente para seguir conquistando estómagos.
Como verás, fuimos dos para partirnos los menús y poder probar 4 platos. Teníamos muchas ganas de cocktail de gambas, un clásico ochentero absoluto de bodas, banquetes y celebraciones festivas familiares por ser la gamba un producto caro. Es tal cual lo recordábamos en retina y en papila: cama de iceberg cortada a la juliana, gambas hervidas y peladas y profusión de salsa rosa abrigando los crustáceos. El otro plato, las lentejas con foie y chipirón, fueron un acierto absoluto. Un sabroso plato de guisado, cuchara y satisfacción total.
Aunque la temporada ya casi ha finalizado, no nos pudimos resistir a un salteado de setas con huevo frito para gozar del sabor untuoso de la yema mezclado con el de sotobosque de la parte comestible del hongo. La explosión de intensidad sucedía con el otro principal escogido, la carrillada de ternera al vino tinto con puré de patatas clásico. Impecable en cocción, en glaseado y en sabor.
Los postres, que nos pierden más bien mucho, son otro de los grandes atractivos de Per Feina. Se exponen en un mostrador situado a la mitad de la sala principal para que desde todos los flancos, el comensal mire, remire y se relame pensando en el postre que va a pedir a continuación. Otro tanto nos sucedió a nosotros, pues era difícil decidir entre natillas, crema catalana, arroz con leche, flan o pasteles como el carrot cake, el brownie o el lemon pie, por citar algunos. Acertamos con una torta italiana y un lemon pie.
La experiencia, por novedad y relación calidad-precio es excelente. Hay una esencia de cocina trabajada pero simple, llana pero elaborada y mimo, mucho mimo: todo se elabora from scratch excepto los embutidos de Joselito o Cal Rovira con los que preparan los bocadillos del desayuno. Ante la pregunta “desayunos de forquilla pa cuando”, Schirru sonríe: aún estamos rodando y organizándonos pero ya tenemos en mente sacar pronto algo de guiso para desayunar como un capipota con garbanzos, callos de bacalao o judías con mollejas y cigalas. Eso puede ser apoteósico. Estaremos ojo avizor para ser de los primeros en llevarnos estas maravillas a la boca. De momentos, se nos llena con elogios.