Hace unos meses hablábamos de cómo los hoteles se han convertido en epicentros gastronómicos. Y, siguiendo esa tendencia, llega Leña, el restaurante más personal de Dani García, al Hotel Grand Hyatt Barcelona. Después de conquistar Marbella, Madrid y Dubái, este espacio aterriza en la Ciudad Condal para hacer que nos enamoremos de su cocina a la brasa.
Dani García no es solo un chef, es un verdadero contador de historias a través del sabor. Tras alcanzar el pináculo de su carrera en 2018, cuando su restaurante en Marbella obtuvo su tercera estrella Michelin, hizo un giro radical. Decidió abandonar la alta cocina y democratizar su arte. Cerró las puertas de su exclusivo restaurante y se dedicó a crear espacios accesibles como Leña, donde la técnica, la pasión y el producto se combinan para deleitar a miles, no solo a unos pocos.
Leña es la esencia de Dani García: fuego, técnica y, sobre todo, corazón. Aquí todo gira en torno a la brasa, esa llama primitiva que transforma los ingredientes y les da vida. Cada bocado es un viaje hacia lo auténtico, hacia lo profundo del sabor.
Entrar en Leña es sumergirse en una carta que mezcla lo tradicional con la innovación, pero siempre con el sello inconfundible del fuego. Los vegetales a la brasa, como el aguacate de Málaga o el puerro asado al carbón, te sorprenden con su simplicidad, pero a la vez te envuelven con una profundidad de sabor que solo el fuego y el buen producto pueden ofrecer. Los guiños a la tradición catalana también están presentes, con platos como los canelones a la catalana o las croquetas de butifarra de perol, que, lejos de ser simples reinterpretaciones, son un homenaje sincero a los sabores que hacen grande a la ciudad que le ha acogido.
Pero si algo destaca en Leña son sus carnes. Desde el imponente Porterhouse de ternera hasta la icónica “burger que le dio sentido a todo“. Este plato se ha convertido en un emblema de la cocina de Dani García. La burger llega en dos mini hamburguesas, un plato que invita a descubrir por qué Dani decidió salir de la alta cocina y ofrecer algo cercano, accesible y lleno de sabor. En Leña, hasta el cuchillo con el que cortas tu carne tiene su historia. Puedes elegir el tuyo y, si tienes suerte, encontrarás uno de los grabados con nombres de celebridades en la “pared de la fama”.
Y si buscas algo diferente, los yakipinchos (brochetas al estilo japonés), o el chipirón a la brasa son perfectos para los que quieren algo fuera de lo común. Incluso el limón que acompaña las brochetas llega a la mesa braseado, una muestra más de cómo la brasa transforma hasta los ingredientes más simples.
En Leña, hasta el final tiene chispa. Postres como el tiradito de piña asada o la tarta di rose son el broche perfecto para una velada que no querrás que termine.